jueves, 6 de agosto de 2015

70 años del bombardeo atómico sobre Hiroshima

Eran las 8:15 de la mañana aquel lunes 6 de agosto de 1945, cuando en tan solo segundos 78 mil japoneses y miles de árboles, animales y edificaciones se desintegraron como efecto de la explosión y la onda expansiva de la Little Boy, como llamaron los estadounidenses a la bomba atómica que lanzaron sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Macabro nombre para el arma que acabó con la vida de miles de niños y bebés japoneses, inocentes en todo sentido, como el resto de miles de civiles que allí murieron, a pesar de los múltiples argumentos con los que el genocida Harry S. Truman, entonces presidente de los Estados Unidos, pretendió justificarse reiteradas veces a lo largo de su vida. Acababa así la Segunda Guerra Mundial, con una muestra del terror y de la violencia con la cual el humano era capaz de actuar. Era el límite de la locura, de una humanidad enferma e inmoral que solo ese día se cobró la vida de más de 360 mil personas. Solo dos horas después de la explosión, tras disiparse la bola de fuego que alcanzó la temperatura de la superficie del Sol, la cifra de muertos había ascendido a más de 120 mil.


Luego vendría la lluvia radioactiva, el calor infernal y los ardores de la piel producto del aire contaminado con partículas radioactivas que alteraban la composición molecular de la piel, quemándola de gravedad. Los sobrevivientes, en realidad, se licuaban por dentro; órganos, huesos, tejidos, ya nada tenían más que una masa amorfa de los mataba del dolor. Pero el infierno no acabaría allí. Dos días después, el 9 de agosto de ese año, a las 11:02 de la mañana, Estados Unidos bombardeó con una segunda bomba atómica la ciudad de Nagasaki. Allí murieron entre 40 y 70 mil personas. En las siguientes semanas, meses y años, esa cifra se multiplicaría de manera trágica debido a las deformaciones físicas, los diversos tipos de cáncer y el deterioro genético que los miles de sobrevivientes sufrieron como consecuencia de la radiación a la que estuvieron expuestos.


Desde entonces han pasado 70 años exactamente, pero la demostración aterradora y nefasta del poder atómico no ha disuadido a ninguna nación ni potencia mundial ha no aventurarse en el desarrollo de armas atómicas. En realidad, las armas de destrucción masiva se han incrementado, y actualmente 9 naciones poseen armamento nuclear, más de una decena está en capacidad de desarrollarlas.




Jueves 6 de agosto de 1945
(Fotografías de arriba a abajo por: Charles Levy (6 ago. 1945), Fuerza Aérea de los Estados Unidos (1945), anónimo (1945) y Onuka Masami (1945))
Artículo tomado del fanzine FOBIA.
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jueves, 30 de abril de 2015

La Guerra de Vietnam: A 40 años del triunfo de Vietnam del Norte


Más de 3 millones de vietnamitas murieron. Aproximadamente 2 millón eran civiles inocentes, mientras que el millón restantes eran norvietnamitas y survietnamitas del Viet Cong. También murieron más de 300 mil camboyanos y aproximadamente 200 mil laosianos, todos civiles; y más de 1,400 chinos comunistas. De ellos, más de 400 mil vietnamitas cayeron víctimas de las armas químicas usadas por Estados Unidos, que además han ocasionado el nacimiento de más de 500 mil niños con deformidades y alteraciones genéticas, debido al uso criminal y genocida del mortal Agente Naranja, además de otros pesticidas y químicos contaminantes, y de bombas incendiarias a base de gasolina gelatinosa (Napalm). Durante los casi 20 años que duró la Guerra de Vietnam, Estados Unidos lanzó más de 75 millones de toneladas de Agente Naranja en Vietnam del Sur y Vietnam del Norte, contaminando sus selvas, sus suelos, sus ríos y su aire, y aniquilando sistemáticamente a millones de seres humanos, no solo soldados, sino también niños, mujeres, ancianos y civiles en general. Fueron también más de 8 millones de toneladas de Napalm y diversos explosivos con las que Estados Unidos bombardeó cada poblado, ciudad y trozo de selva vietnamita para "cazar" a los comunistas. Las consecuencias de tremendas cantidades de pesticidas y, armas químicas e incendiarias son irreversibles, tanto así que hasta el día de hoy siguen naciendo niños y niñas con deformaciones congénitas, mutilados, ciegos, atrofias cerebrales y enfermedades respiratorias y de todo tipo; el panorama genético de la población vietnamita es crudamente atroz e inimaginable.


40 años han pasado desde entonces, cuando el 30 de abril de 1975 los soldados estadounidenses y demás personal político de Estados Unidos salieron huyendo de Saigón, en Vietnam del Sur, como ratas que abandonan el barco que se les hunde. Saigón era la capital de la República de Vietnam, conocida como Vietnam del Sur, bajo el control estadounidense y de las dictaduras militaristas impuestas por Washington que allí literalmente reinaban. Pero aquel día Saigón se vistió de rojo, y en medio de las llamas y la conmoción, los estadounidenses allí enquistados huyeron como pudieron; en helicópteros que cayeron a tierra por la desesperación de sus torpes pilotos, en autos lujosos que fungían de carruajes coloniales en medio de la muchedumbre empobrecida mientras los feroces tanques norvietnamitas entraban en la ciudad y sus principales plazas y palacios acompañados de los guerrilleros survietnamitas del Viet Cong. Era el fin de una guerra cruel, sangrienta y despiadada que el imperialismo estadounidense había desplegado en Indochina para hacerle frente al avance comunista de la Unión Soviética y de la República Popular China.


Ciertamente, si bien la Guerra de Vietnam se inició en noviembre de 1955, la nación vietnamita ya venía desangrándose de manera inimaginable desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial, de manera que el estados de guerra para los vietnamitas fue continuo hasta el fin de la Guerra de Vietnam con la caída de Saigón en 1975.


A finales del siglo XIX, en 1887, aprovechando la guerra civil entre las dinastías que se disputaban el control del Imperio de Vietnam, la Tercera República Francesa invadió Vietnam, convirtió a la monarquía en su testaferro, estableció un sistema colonial que dividió a Vietnam en tres regiones: Annam, Tonkín y Cochinchina; y pronto se expandió hacia Camboya y Laos, tomando control sobre todo lo que hasta hoy es conocido como la región de Indochina, y terminó por convertir a sus pueblos en esclavos productores de tabaco, té, café e índigo. Así se forman los primeros grupos y guerrillas independentistas, que luego lucharían, a partir de setiembre de 1940, contra la invasión del Imperio de Japón en la Indochina francesa en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Ya entonces los independentistas vietnamitas empezaron a aplicar la táctica que la Guerra de Guerrillas bajo el mando de Hồ Chí Minh, entonces líder de la organización nacionalista comunista Việt Minh (Liga para la Independencia de Vietnam), a la cual los aliados le prestaron ayuda militar para combatir a los japoneses. 


De esa manera, cuando Japón capitula en agosto de 1945, y se retira en setiembre de ese año de la Indochina francesa, esta le es devuelta a Francia por los aliados, no sin que antes Hồ Chí Minh declarase ese mismo mes en Hanói la independencia de la República Democrática de Vietnam. Ni Francia ni el Reino Unido ni Estados Unidos reconocieron la independencia de la República Democrática de Vietnam por su corte comunista, temiendo que la nueva nación, liderada por los comunistas, pudiera volverse un Estado satélite de la Unión Soviética y/o de los comunistas chinos que empezaban a ganar la Guerra Civil China contra los nacionalistas chinos. La situación empeoró cuando los británicos invadieron el sur del país y los nacionalistas chinos el norte, quedándose la nueva nación con un poder meramente simbólico. Entonces, Francia acepta una alianza momentánea con la República Democrática de Vietnam para hacerle frente a los nacionalistas chinos, y tras expulsarlos, la corta alianza entre los franceses y los nacionalistas vietnamitas se rompe, dando inicio a la Guerra de Indochina (1946 - 1954), en la cual los vietnamitas se aliarían con los nacionalistas comunistas de Camboya y Laos, recibiendo ayuda de la Unión Soviética y de los comunistas chinos que tras derrotar a los nacionalistas chinos y establecer la República Popular China empezarían a enviar armamento pesado a los vietnamitas, lo cual les permitió ganarle la guerra a los franceses. 


El fin de la Guerra de Indochina trajo consigo la independencia del Reino de Camboya, del Reino de Laos y de la República Democrática de Vietnam al norte, pues al sur Francia había establecido en 1949 el Estado de Vietnam al restaurar la monarquía vietnamita en Saigón como un Gobierno títere de sus intereses imperialistas. Y aunque la guerra había concluido con la Conferencia de Ginebra que reconoció la independencia al norte de la República Democrática de Vietnam (Vietnam del Norte) y del Estado de Vietnam (Vietnam del Sur) a partir del Paralelo 17 y que estipulaba que en 1955 los dos Estados vietnamitas debían celebrar un referéndum para decidir su reunificación o no a partir de 1958, la paz nunca llegaría, pues Estados Unidos se opuso rotundamente a las elecciones democráticas en vista de un inminente triunfo de los comunistas norvietnamitas y el establecimiento de un Estado vietnamita reunificado comunista, por lo cual patrocinó y financió la disolución del Estado de Vietnam, al sur, y el establecimiento en su lugar de la República de Vietnam (conocida como Vietnam del Sur). A partir de ese momento, Estados Unidos empezaría a tensar la ya grave situación al instaurar en Vietnam del Sur un régimen dictatorial y totalitario, de corte anticomunista y procatólico (por tanto antibudista), lo cual exacerbó el conflicto político volviéndolo también cultural y religioso, a lo que se sumó también el envío de tropas y armamento estacionario a Vietnam del Sur para garantizar su independencia de Vietnam del Norte. Mientras tanto la Unión Soviética le dio su apoyo político a Vietnam del Norte mientras que la República Popular China le daba armamento. Daba inicio así la Guerra Fría.


La Guerra de Vietnam se desataría entonces en noviembre de ese mismo año (1955), cuando el conflicto entre Vietnam del Norte y Vietnam del Sur se tornara abiertamente bélico. Los enfrentamiento entre ambas naciones se harían cada vez más frecuentes, mientras que la China continental seguía enviándole más armamento a Vietnam del Norte y Estados Unidos enviaba más tropas a Vietnam del Sur para frenar el "avance comunista". Para Estados Unidos era intolerable que Vietnam del Norte recibiera el apoyo de la URSS y de la RPC; sin embargo, le parecía muy natural y sano que Vietnam del Sur recibiera su apoyo, e incluso que sus tropas se estacionaran allí mismo e implantaran una colonia de facto, con un gobierno survietnamita títere y con sus misiles apuntando hacia la Vietnam del Norte, la URSS y la RPC. Mientras tanto, el Vietnam del Sur, los opositores comunistas al régimen dictatorial y totalitario patrocinado por Washington se conformaron en el Frente de Nacional de Liberación de Vietnam, más conocido como Viet Cong, grupo armado que implantaría la Guerra de Guerrillas nuevamente.


La escalada bélica sería cada vez más sistemática y sangrienta, hasta que en agosto de 1964 el Presidente estadounidense Lyndon B. Johnson encontrara la excusa perfecta para intervenir en Vietnam del Sur con plena libertad y todos los poderes que el Congreso le confirió tras el Incidente del Golfo de Tonkín. El plan fue simple: Estados Unidos inventó y fingió el hundimiento de dos de sus destructores (el US Maddox y el US Turner Joy) por parte de Vietnam del Norte, a quien le atribuyó la agresión. Los destructores, que navegaban en aguas reclamadas por Vietnam del Norte, sabemos que en realidad nunca estuvieron allí, que jamás se produjeron aquellos dos ataques y que, en realidad, esa fue solo una excusa para justificar una intervención militar en Vietnam del Sur que le permitiera a Estados Unidos poder invadir Vietnam del Norte en un escenario de plena guerra abierta, aunque nunca fuera declarada. Y lo sabemos porque la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés) descalificó en 2005 los documentos oficiales que así lo certifican.


En su momento más álgido, en territorio vietnamita hubieron más de 500 mil soldados estadounidenses apoyados por más de un millón de soldados survietnamitas, además de otros miles de fuerzas combinadas de Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda, Tailandia y Filipinas; todos, haciéndole frente a poco más de un millón de soldados norviertamitas apoyados por no más de 500 mil guerrilleros survietnamitas del Viet Cong. Vietnam del Norte recibiría además el apoyo de algunos miles de voluntarios provenientes de la República Popular China, del Reino de Camboya, del Reino de Laos y de la República Popular Democrática de Corea. Pero ni tal cantidad de soldados estadounidenses, con sus avances tecnológicos y sus poderío armamentístico pudo hacerle frente a Vietnam del Norte, que en 1975 logró expulsar de la región y de Vietnam del Sur a las fuerzas estadounidenses, y a sus aliados, poniéndole fin a más de medio siglo de colonialismo y sangrientas guerras que habían sometido al pueblo vietnamita a ser solo una pieza de los intereses occidentales e imperialistas. 


Así, tras la toma de Saigón por las fuerzas norvietnamitas, Vietnam del Norte instaló un Gobierno Provisional en Vietnam del Sur, y finalmente en 1976 ambas naciones se reunificaron tras más de 30 años de separación impuesta, surgiendo de esa unión la actual República Socialista de Vietnam.



Jueves 30 de abril de 2015
(Fotografías, de arriba a abajo, por: Nick Ut (jun, 1972), AP (abr. 1975), AFP (abr. 1975),  Kingsacademy.com, archivo Internet, AFP, AP, archivo Internet, Rick Merron (oct. 1965) y archivo Internet)
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viernes, 24 de abril de 2015

El Genocidio Armenio: El exterminio olvidado

Exactamente hace cien años, el 24 de abril de 1915, el gobierno del Imperio Otomano ordenó la expulsión de más de 200 armenios de Estambul, por entonces la capital imperial, número que en los días siguientes llegó a duplicarse y luego a triplicarse. Así se inició lo que en los siguientes años se convirtió en la mayor masacre de principios del siglo XX, lo que hoy conocemos como el Genocidio Armenio, el primer genocidio de nuestra era.


Desde el 24 de abril de 1915 hasta 1923 aproximadamente, el Gobierno otomano, bajo el poder del partido de los Jóvenes Turcos, que en 1909 había hecho abdicar al sultán Abdul Hamid II en favor de su hermano Mehmed V, implementó un programa premeditado y sistemático de discriminación racial, expulsión y exterminio de la población armenia que radicaba en el imperio.


Obligados a abandonar sus hogares, fueron deportados hacia lo que hoy es Deir ez-Zor (en Siria) y Arabia Saudita. Antes fueron aniquilados en sus pueblos; unos decapitados, otros fusilados, la mayoría humillados, y muchas violadas. Tuvieron que cruzar el desierto y salir del territorio imperial. Fueron "escoltados" en el camino por el ejército y la policía imperial, aunque en realidad los aterrorizaron y fueron exterminando. En el camino las mujeres fueron violadas, las niñas vendidas como esclavas, y muchos otros niños tirados al río Éufrates para que muriesen ahogados. Pero en el camino también fueron víctimas del pandillaje de bandas de delincuentes que los asesinaron, raptaron y esclavizaron. La mayoría murió en el camino, fruto del hambre y el abuso policial. Sus cadáveres quedaron regados por el camino, y otros tantos echados a las mismas fosas comunes. Murieron aproximadamente 2 millones de personas. Fueron aniquilados armenios principalmente, aunque el programa de exterminio racial también cobró la vida de miles de griegos pónticos, serbios y asirios (los mismos, estos últimos, que actualmente están siendo aniquilados por el Estado Islámico en Irak, también por su cultura y religión).


Pero la historia no empieza en 1915. Ya antes, desde finales del siglo XIX, el propio sultán Abdul Hamid II ya era bastante conocido por sus sangrientas prácticas contra el pueblo armenio. La historia se remonta a la Guerra Ruso-Turca de 1877 a 1878 que enfrentó al Imperio Otomano y al Imperio Ruso (en alianza con el Principado de Montenegro, el Principado de Serbia y el Principado de Rumanía), en la cual venció el Imperio Ruso. La derrota del Imperio Otomano en la guerra trajo como consecuencia la firma del Tratado de San Stefano (marzo de 1878), en la cual los otomanos se comprometían, entre otras cosas, a reconocer la independencia de Montenegro, Serbia, Rumanía y Bulgaria. Así, el Imperio Otomano empezaría a desmoronarse por la cada vez más creciente inestabilidad política e interétnica de los distintos movimientos nacionalistas, entre ellos, el nacionalismo armenio, mellado durante la Guerra Ruso-Turca de 1828 a 1829, en la cual el Imperio Otomano y el Imperio Ruso se repartieron el territorio armenio.


Así, temiendo perder en el este su frontera con el Imperio Ruso y que la creación de un Estado armenio pudiera incentivar más los nacionalismos en el imperio y poner en peligro su integridad territorial, el Imperio Otomano inició una política de discriminación racial fundamentada en la ley islámica (Sharia) que reconocía y "toleraba" a los armenios como ciudadanos de segunda clase, y los inferiorizaba ante la ley y la sociedad por su religión cristiana, y a través de ella, implementó una serie de medidas raciales, de exclusión y de represión también.


Fueron más de 2 millones de armenios aproximadamente los que murieron entre los años 1915 y 1923, aunque si se tiene en cuenta que los armenios empezaron a ser exterminados desde más o menos 1878, algunos historiadores y entendidos estiman el número de armenios muertos en más de 3 ó 4 millones de personas, entre hombres, mujeres, niños y ancianos.


El actual Gobierno turco, heredero del Imperio Otomano, niega el genocidio, y no lo reconoce ante ninguna corte internacional. En Turquía, pues, está prohibido hablar del Genocidio Armenio. Y, claro, como en Estados Unidos la población armenia no es tan numerosa y en Hollywood casi nula a diferencia de los judíos, el Genocidio Armenio nunca ha sido tan mediático como el Holocausto. Y por tanto, en Occidente tampoco. Lamentablemente, aunque algunos nunca olvidemos, este mundo está tristemente mediatizado. Qué lamentable.





Viernes 24 de abril de 2015
(Todas las fotografías de archivo extraídas de Internet)
(Video de entrevista realizada por The International Raoul Wellenberg Foundation - IRWF (2013))
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viernes, 10 de abril de 2015

La catástrofe de Yarmouk


A 8 kilómetros del centro de Damasco, capital de la República Árabe Siria, se encuentra el distrito de Yarmouk, donde se refugian miles de palestinos que desde hace décadas vienen escapando del terror judío en Gaza, los Altos del Golán y Cisjordania. Cuando se fundó en la década de los cincuenta del siglo XX, solo era un multitudinario campo de refugiados, y con las décadas se ha convertido en un distrito periférico de la capital siria completamente hacinado, dependiente de la ayuda humanitaria internacional frente a la incapacidad total del Gobierno sirio, y a su desinterés, para afrontar la situación de los palestinos allí presentes. 


Ahora, en Yarmouk ya solo quedan unos 18 mil refugiados palestinos, entre ellos aproximadamente unos 3,500 niños. Y es que la crisis se ha agravado. Cuando la Guerra Civil Siria se inició en 2012 entre el gobierno genocida de Bashar al-Assad y los rebeldes sirios, atomizados en distintos frentes de lucha, Yarmouk sufrió los embates de la guerra al ser uno de los tantos focos de los enfrentamientos armados entre el Ejército Sirio Libre (ESL) y el Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General (FPLP-CG), aliado este último al Gobierno sirio.


Desde entonces las condiciones de vida en Yarmouk, que ya de por sí eran difíciles, han empeorado dramáticamente, pues en setiembre de 2014 el suministro de agua se interrumpió tras ser destruido, mientras que el Gobierno sirio ha convertido al distrito prácticamente en un gueto interrumpiendo el suministro eléctrico y las vías de acceso al área debido a los enfrentamientos armados, por lo cual la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés), de la cual depende el 95% de la población palestina de Yarmouk, ya no puede seguir ingresando para ayudar con los suministros alimenticios y sanitarios a los civiles.


Sin embargo, la situación se ha empeorado a niveles catastróficos desde finales del mes pasado (marzo de 2015), cuando el Estado Islámico (antes llamado Estado Islámico de Irak y el Levante) logró entrar a los barrios periféricos de Damasco, principalmente a Yarmouk, ayudado por el Frente al-Nusra, afiliado a la red de al-Qaeda, fecha desde la cual los enfrentamientos armados se han encrudecido. Y mientras el Estados Islámico y el Frente al-Nusra toman Yarmouk calle por calle, les hacen frente los grupos armados rebeldes Aknaf Bait al-Maqdis (aliado de Hamas en la Franja de Gaza) y Yeish al-Islam (afiliado al Frente Islámico Sirio), quienes solos no pueden hacerles frente a los invasores. Mientras tanto, el Gobierno sirio, en vez de ayudar a expulsar a los invasores ultra radicales, solo se limita a bombardear indiscriminadamente el distrito con demencial barbarie. Y claro, no solo mueren los combatientes de los grupos de ambos bandos, sino que también los civiles, quienes simplemente no pueden huir de Yarmouk por el fuego cruzado y el bloqueo militar de las fuerzas gubernamentales sirias. Realmente un verdadero infierno.


La comunidad internacional no dice mucho al respecto. Ban Ki-moon, Secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), como siempre, solo "desea" que todo se resuelva pacíficamente (uy, sí, qué fácil, ¿no?), como si a través de la ONU hiciera gran trabajo por destruir al Estado Islámico. Y claro, Estados Unidos, el gran causante de esta situación que está destrozando al Mundo Árabe desde los últimos años se limita a guardar silencio en lo que respecta a Yarmouk y los refugiados palestinos, porque en el fondo esta guerra la ocasionó el Gobierno estadounidense cuando se metió a Irak para usurpar su petróleo y radicalizó en extremo a las masas islamistas ya radicales, y desmanteló al Gobierno iraquí y a sus fuerzas armadas; y cuando dejó el país en 2011 fue muy fácil para los yihadistas tomar posesión de las ciudades, bases militares y centros petroleros sin autoridad ni presencia gubernamental, y hacerse con el armamento existente y los recursos económicos que les ha ayudado a financiarse y tomar el control de gran parte del territorio iraquí y sirio, y aniquilar sistemáticamente a la población civil sin ningún tipo de discriminación, y con ello ganar el apoyo de otros grupos yihadistas y radicales más pequeños y fomentar la creación de nuevos grupos yihadistas ultra radicales en todo el Mundo Musulmán, desde el norte de África hasta la Indochina en Asia. Estados Unidos carga consigo, pues, la responsabilidad total de esta tragedia humanitaria en el Mundo Musulmán. 


Y el gran beneficiario de todo este conflicto es Israel, pues mientras los países musulmanes empiezan a caer en debacle por las guerras civiles y el terror del Estados Islámico, Israel saca jugo del debilitamiento, salvo Irán, de sus mayores enemigos en la región (Irak, Siria, Egipto, Líbano y los propios palestinos), con la seguridad de que la comunidad internacional sí acudirá en su auxilio inmediato si es que el Estado Islámico amenazara siquiera con invadir sus territorios. Qué gran negocio es la guerra; qué triste.



Viernes 10 de abril de 2015
(Fotografías, de arriba a abajo, por: UNRWA (mar. 2014, abr. 2015), LCC para el blog The Arab Chronicle (ene. 2014), UNRWA (ene. 2014), Anwar Amro vía Gretty Images (ene. 2014), Anwar Amro para AFP (set. 2013) y Ward al-Keswani para Reuters (jul. 2014)) 
(Video de Samah Salaime para Arab Women in the Center - AWC (2015))
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sábado, 24 de enero de 2015

Minera Yanacocha amenaza y golpea a Máxima Acuña

Algunos, suponemos bienintencionados, lo llaman "matonería empresarial"; y otros, más inocentes, lo califican como "injusticia". Para nosotros, sin restarle importancia a lo anterior, es una mierda; una total y rotunda violación a los derechos constitucionales a internacionales que rigen nuestra legislatura y la de otra centena de países integrantes del emisferio occidental del planeta. Pero también lo consideramos una violación a ese sagrado bastión que los derechistas y defensores del "libre mercado" defienden con tanta vehemencia: La propiedad privada. Esa misma propiedad privada es la que hace unos días fue violada, atropellada y pisoteada por la Minera Yanacocha, de propiedad mayoritaria de la multinacional estadounidense Newmont Mining Corporation.


Era aproximadamente el mediodía del 20 de enero de 2015. Máxima Acuña y su esposo Jaime Chaupe y su familia se encontraban en su casa, dentro de su propiedad (ojo: dentro de "su propiedad privada") a orillas de la Laguna Azul, en el sector conocido como Tragadero Grande, en Cajamarca, Perú; cuando más de 15 efectivos de nuestra flamante e intachable Policía Nacional del Perú acompañados de varios agentes rabiosos y bien amaestrados de Securitas Perú, empresa que le brinda el servicio de seguridad (y probablemente otras cosas turbias) a la Minera Yanacocha, irrumpieron sin previo aviso en casa de la señora Acuña y su familia para amedrentarlos, amenazarlos, golpearlos y simplemente desterrarlos de allí, y lo repetimos, de la "propiedad privada" de la señora Acuña y su familia. Los efectivos de la PNP y los de Securitas Perú, claro está, no tenían ninguna orden judicial para tal propósito, ni tampoco iban acompañados de ningún miembro de la Fiscalía de la Nación, únicos con el poder de efectuar una "orden de desalojo" en nuestro país, según así lo establece nuestra legislatura y la misma carta magna de nuestra república, la Constitución Política del Perú. Y en el colmo de tal atropello, los efectivos policiales despojaron al señor Jaime Chaupe, esposo de la señora Acuña, de su celular cuando este se propuso fotografiar el abuso de poder de la PNP y el atropello de los agentes de Securitas Perú, lo cual es, para usar el mismo lenguaje anticomunista de los ultraderechistas del mundo, una "expropiación ilegal de la propiedad privada".


Para esto, hay que contextualizar que la señora Máxima Acuña compró dicho terreno, con el inmueble allí presente, en el año 1994 de la Comunidad Campesina de Sorochuco, antigua propietaria del terreno en cuestión, la misma que le expidió los títulos de propiedad correspondientes. 

Sin embargo, la Minera Yanacocha ha interpuesto desde el año 2010 una serie de acciones judiciales contra la señora Acuña acusándola de apropiación ilícita del terreno con el fin de despojarla y desalojarla de su propiedad, pues el objetivo de la minera es drenar la Laguna Azul para de allí extraer oro a tajo abierto. Pero, como es obvio, ninguna de las acciones judiciales emprendidas por la Minera Yanacocha ha dado frutos, y las leyes peruanas han reconocido ya varias veces que la señora Máxima Acuña es la única y legítima propietaria de esa propiedad, tal como lo hizo la segunda sala penal de apelaciones de la Corte Superior de Cajamarca en diciembre de 2014.


Pese a ello, pese al reconocimiento por parte de la justicia peruana de que Máxima Acuña es la única y la legítima propietaria de esa propiedad, la Minera Yanacocha no ha reconocido el fallo, y ha apelado (y claro, cuando se tienen millones de por medio, se puede apelar y apelar eternamente), por lo cual sigue haciendo y deshaciendo a su antojo, sin que ninguna ley ampare ni dé protección a la señora Acuña. 


Esto, claro está, es un atropello, un abuso y una violación, incluso de Derechos Humanos, pues la Minera Yanacocha no solo está irrumpiendo ilegalmente en la propiedad privada de Máxima Acuña, sino que también la está amenazando, acosando, amedrentando, insultando, mellando y hasta secuestrando (pues se le impidió tomar fotos, realizar llamadas o desplazarse con libertad, por ejemplo, para huir si fuera el caso), y en el colmo expropiando ilegalmente la propiedad privada de esta y de su familia.

Recordemos, pues, que la amenaza y el secuestro en cualquier grado es una de las muchas razones por las cuales miembros de Sendero Luminoso y el MRTA están purgando cárcel en la actualidad, y muchos con cadena perpetua. ¿Se le dará el mismo trato a los miembros de la PNP, de Securitas Perú y de la Minera Yanacocha? 


Pensemos un poco por favor, porque esto sí que es serio. Ahora resulta que la Policía Nacional del Perú, nuestra gloriosa y amada fuerza policial, intachable PNP, no es más que la fuerza asalariada y militarizada de los grandes capitales como Yanacocha (¡oh!, vaya novedad); y que todas esas empresas que brindan el "servicio de seguridad" como Securitas Perú tienen carta libre para ir por allí como un cuerpo de élite también al servicio de las empresas que puedan contratar sus servicios de amedrentamiento. Y resulta ahora que las multinacionales mineras como Yanacocha Perú y Newmont Mining Corporation pueden venir a acá a hacer lo que se les venga en gana. ¿Dónde carajos creen que están? 


Señores, la propiedad privada no solo es una figura legal para beneficio de las grandes corporaciones y los grandes capitales, tanto nacionales como internacionales o multinacionales, sino que también es una figura legal para el beneficio privado de cada individuo, asociación, cooperativa, comuna o agrupación campesina. Hacer valer nuestros derechos no es ir en contra del desarrollismo multinacional estadonunidense y occidental, ni tampoco ir en contra del progreso nacional de la ultraderecha neoliberal extractora y extranjerista. Señores, defender nuestros derechos no es ser un antisistema, ni tampoco un terrorista. Defender nuestros derechos no quiere decir que seamos unos altaneros, ni unos revoltosos, como ciertos medios de comunicación quieren dar a entender (y sino, pregúntenle pues al Grupo El Comercio). Los derechos son para todos: Individuos, asociaciones, colectivos, cooperativas, comunas, agrupaciones campesinas y empresas privadas. 

Puede que el Presidente de Cajamarca, Gregorio Santos, esté encarcelado injustamente por la ultraderecha limeña que a capa y espada quiere convertir a Cajamarca en una región privatizada y desolada para uso y usufructo de los capitales extranjeros multinacionales que vienen a acá a llevarse todas nuestras materias primas sin ningún respeto a nuestras costumbres, culturas y propiedades, y por tanto sin ningún respeto a nuestro derechos nacionales y constitucionales, reconocidos y amparados en los derechos internacionales, en la Carta Interamericana de Derechos Humanos y en el Carta Magna de los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Máxima Acuña está en pie de lucha, y Cajamarca con ella. Y con ellos, nosotros también.




Sábado 24 de enero de 2015
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jueves, 8 de enero de 2015

Sexto aniversario

Hoy cumplimos un año más de existencia, pero, en realidad, no hay nada que celebrar. El que se ha ido ha sido un año en el que no hemos dicho mucho. No porque no hayamos tenido nada importante que decir ante tantas cosas, tantos atropellos y tantas injusticias que han pasado; ni por conformismo ni por desinterés. Ha sido en gran parte debido a una cuestión trascendental: ¿Qué hacer? ¿Qué hacer ante tantas cosas, ante todo lo que sucede en nuestro mundo cuando sabemos, muy en el fondo, que probablemente no vayamos a cambiar nada en lo más absoluto? ¿Qué hacer cuando sabemos y vemos que las personas solo quieren divertirse y pasar el rato, y no pensar? Pues sí, ¿qué hacer?


 El Gobierno genocida sirio de Bashar al-Asad aniquila a su pueblo a punta de bombazos de artillería pesada, ataques aéreos y armas químicas, y la comunidad internacional no hace nada al respecto. Del mismo modo, el Gobierno genocida e ilegal israelí ataca deliberadamente a la Franja de Gaza bajo control del gobierno democráticamente elegido de Hamas, los palestinos se defienden como pueden durante más de un mes teniendo en cuenta el escaso armamento que poseen, el bloqueo alimenticio, de salud y económico (ilegal y denunciado por la ONU) al que son sometidos por el Gobierno israelí, y la comunidad internacional no hace nada, la ONU no interviene y Estados Unidos le vende más armamento a Israel.


En contraposición, Ucrania viola sus acuerdos y tratados comerciales con la Federación Rusa e inicia conversaciones con la Unión Europea para entrar en ella; Rusia presiona, los ultraderechistas proeuropeos ucranianos se alzan en armas, inician una guerra civil que termina con el derrocamiento del gobierno prorruso democráticamente elegido de Víktor Yanukóvich y la instalación de otro ilegítimo y dictatorial proeuropeo bajo el mando de Petró Poroshenko que inicia acuerdos con la Unión Europea, con la OTAN y recibe el apoyo metiche y angurriento de Estados Unidos para ganarle geopolíticamente terreno a Rusia en Europa del Este (y luego los eruditos dicen que la Guerra Fría se ha terminado); en respuesta, Crimea se independiza de Ucrania y por referéndum popular se anexiona a la Federación Rusa que apoya a los insurgentes separatistas prorrusos del este ucraniano en Donetsk y Lugansk que también proclaman su independencia de Ucrania, y la comunidad internacional liderada por Estados Unidos nombra "terroristas" a los separatistas prorrusos ucranianos antieuropeos y sanciona a Rusia por ello, mas no a Ucrania por violar sus tratados comerciales con Rusia, ni al gobierno dictatorial de Poroshenko instalado mediante un golpe de Estado liderado por la ultraderecha ucraniana proeuropea que a punta de bombazos y revueltas criminales adquirió el poder y que ya en él inició una limpieza ideológica en Ucrania con un claro tufo a franquismo pinochetista neonazi (y, claro, ya nos sabemos el cuento de siempre; eso, el fascismo, no se sanciona).


Luego, en Irak, un grupo terrorista autoseparado de al-Qaeda que inició sus acciones militares tras al invasión estadounidense de 2003 en Irak y liderado por Abu Bakr al-Baghdadi proclama, en primera instancia, el inicio y restauración del Califato Islámico (que las potencias imperialistas europeas desmembraron, tras siglos persiguiendo ese mismo objetivo, al desmantelar al Imperio Otomano tras la Primera Guerra Mundial en 1923) con el nombre de Estado Islámico de Irak y el Levante e inicia una invasión militar de ciudades y bases militares iraquíes, logrando desmantelar al Gobierno iraquí desmilitarizado por Estados Unidos desde su invasión para controlar el petróleo iraquí y tener una frontera abierta contra Irán y frenar su carrera atómica. Luego, el Estado Islámico inicia su campaña de expansión en Siria luchando contra los insurgentes prodemocracia que a su vez luchan contra el gobierno genocida de Bashar al-Asad, lo cual beneficia a este último, quien a su vez, en vista del temor de Israel y Occidente de que el Estado Islámico siga avanzando y conquistando más países musulmanes hacia Palestina y el norte de África (donde otros grupos radicales islámicos se han levantado en armas), busca y consigue el apoyo de Occidente y sobre todo de Estados Unidos para hacerle frente al Estado Islámico, lo cual nuevamente la ONU no denuncia ni impide. Entonces, otra vez la misma cuestión: Que el gobierno sirio de Bashar al-Asad bombardee y ataque químicamente a su población no es condenable a pesar de las repetidas violaciones a los Derechos Humanos que ha cometido, pero cuando las violaciones de Derechos Humanos las cometen los radicales y terroristas islámicos sí es condenable (aclaramos que sí condenamos y esperamos que el Estado Islámico sea erradicado de la faz de la Tierra), y contra ellos sí hay que combatir (porque no hay que olvidar que Occidente es islamofóbico, y eso también lo condenamos), aunque para ello haya que aliarse con otro violador de Derechos Humanos como Bashar al-Asad (a quien también condenamos). Vaya, qué lógica para más coherente y ética, ya lo sabíamos, no por nada los dueños y amos del mundo son los Estados Unidos de Norteamérica (o simplemente "América", así, a secas, como les encanta ser llamados y como si fueran los únicos que habitan en el continente de América).


Y como para coronar el pastel con una buena y deliciosa cereza, está que cuando el ébola llegó, a través de unos 8 ó 10 infectados más o menos, a Europa y Estados Unidos, Occidente se alarmó y puso manos a la obra para encontrar una cura que pueda combatir a la enfermedad convertida en pandemia desde que fue descubierta, allá por la década de 1970. Pero claro, como desde 1970 hasta inicios de 2014 el ébola solo había matado a africanos, a Occidente no le importó investigar en lo más absoluto la enfermedad. Mucho menos le importó a Occidente cuando el ébola brotó el año pasado nuevamente y mató a aproximadamente 7 mil africanos; "son solo un montón de negros" habrán dicho las farmacéuticas y los gobiernos occidentales, porque Occidente no hizo nada hasta que la epidemia llegó a sus países y empezó a matar a sus ciudadanos. Pero claro, la epidemia en Europa y Estados Unidos ya está controlada; donde se siguen muriendo a causa de ella es en África, ¡pero qué importa!, si África es solo su basurero en donde juegan a la minería más bruta, al "reciclaje" de todas sus tecnologías más obsoletas, y a poner y sacar gobiernos dictatoriales y genocidas (ese juego sí que le encanta a Occidente, hay que ver cómo babea cuando lo juega).


Y así podríamos seguir con muchas otras cosas más, como la abolición de los derechos laborales que Europa, Estados Unidos y América Latina están empezando a perpetrar con el casi aplaudido silencio de los medios de comunicación que se zurran en las noticias, en los reclamos, en las revueltas, en las manifestaciones, y juegan a bombardear a sus televidentes con pura mierda televisiva llena de culos, tetas y abdominales inflados a punta de jeringa. Bravo, ¡derechos laborales, para qué los queremos! Así deben de pensar los gobiernos latinoamericanos, como por el ejemplo el de Ollanta Humana Tasso que pasó de la izquierda reaccionaria a la ultraderecha más pusilánime y relamida por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, Estados Unidos y, claro, no nos olvidemos que también por la ultraderecha oligárquica limeña que sueña con convertir a Lima en Miami y al resto del Perú en la África empobrecida por las multinacionales extractoras de recursos naturales.

Esto y más es lo que no dijimos el año pasado; esto y más es lo que no supimos cómo escribir el año pasado, no por lamento, no por conformismo, no por desinterés, y menos aún por derrotismo. Es que nosotros no jugamos a ser "buenos periodistas", tampoco a ser siquiera "periodistas", porque no lo somos, y para eso ya hay demasiados imbéciles bien pagados (es decir, bien comprados) en las redacciones y en los canales de televisión y en las emisoras de radio. Y mucho menos pretendemos jugar a entretener a la juventud liberal ababozada y estupidizada con un panfleto ridículo y burlesco-racista como los hay muchos. Somos serios, y hablamos en serio, y solo nos interesa la verdad, la contrainformación, la contracultura, la lucha anticapitalista y antisistema, y la desestabilización de este sistema de terror y hambre. Esa es nuestra lucha, una lucha radical y total en contra de este orden mundial criminal, y por ello seguiremos en pie de lucha.



GianGian Producciones
Martes 6 de enero de 2015

martes, 9 de septiembre de 2014

Comuneros asháninkas son asesinados y descuartizados por los madereros ilegales en Ucayali

Debido a la lejanía e incomunicación a la que son sometidas por el Gobierno las comunidades asháninkas de la amazonía peruana, lamentamos comunicar recién el día de hoy que el pasado 1 de setiembre de 2014 han sido asesinados en Ucayali, en la Comunidad de Alto Tamaya-Saweto, cuatro comuneros asháninkas, quienes fueron descuartizados por los madereros ilegales que están destrozando la selva amazónica protegida de Ucayali en territorio asháninka, cerca a la frontera con Brasil.


El crimen ocurrió la semana pasada, cuando los cuatro comuneros asháninkas estaban trasladándose de su comunidad en el río Tamaya hacia la aldea brasilera de Apiwtxa para participar en una reunión multilateral de coordinación contra la tala ilegal de sus territorios con la Fundaçã Nacional do Índio (FUNAI) de Brasil, como lo informó el Presidente de la Asociación de Comunidades Nativas Asháninkas de Masisea y Callería (ACONAMAC), Reyder Sebastián Quinticuari.


Los comuneros, Leoncio Quinticima Meléndez, Francisco Pinedo, Jorge Ríos Pérez y su líder, Edwin Chota Valera, fueron amarrados, baleados y luego descuartizados con el fin de esconder los cadáveres. El atroz hecho fue perpetrado frente a sus familiares, y denunciado por representantes de FUNAI y de la organización ORAU de Ucayali ante las autoridades peruanas de la región fronteriza, quienes ya estaban advertidas de las amenazas en contra de los comuneros y de su líder Edwin Chota Valerra, quien llevaba ya varios años en la lucha contra los madereros ilegales y narcotraficantes que no solo invaden los territorios asháninkas, sino que también las expropian con el fin de explotarlas, desplazando a sus comunidades.

Edwin Chota Valera era, pues, un luchador incansable de la defensa de los derechos legítimos, constitucionales e internacionales de su pueblo, los asháninkas. Ya en diversas y repetidas ocasiones había denunciado el actuar y atropello de los madereros ilegales, no solamente ante las autoridades del Gobierno peruano, sino también ante diversas entidades internacionales y extranjeras, como la National Geographic, la BBC y otras. Y mientras que en nuestro país el Gobierno peruano aún no da declaraciones al respecto, ni toma medidas para evitar crímenes como el ocurrido, en el extranjero la muerte de Chota Valera ha conmocionado los noticiarios.

El siguiente video, grabado en abril de 2003, es una entrevista brasilera hecha a Chota Valera:

Hay que recordar que a este crimen se sumaría al hecho de que las comunidades en aislamiento voluntario han duplicado en 2014 sus acercamientos a asentamientos poblados con el fin de buscar alimentos y armas blancas (como machetes y lanzas), por lo cual se podría presumir que estas comunidades en aislamientos voluntario estarían siendo atacadas y desplazadas tanto por los madereros ilegales como por los narcotraficantes, lo cual pondría en peligro su supervivencia.
Por su parte, la Viceministra de Interculturalidad del Ministerio de Cultura, Patricia Balbuena Palacios, ha señalado que un equipo de su despacho llegará a Pucallpa para atender las demandas de los pobladores de la comunidad de Alto Tamaya-Saweto, con el fin de coordinar con la Fiscalía y la Policía Nacional del Perú (PNP) las acciones que se tomarían para investigar y condenar el crimen ocurrido.

Ahora, bien, nosotros nos preguntamos si a eso se le puede llamar una "demanda", pues el derecho de los asháninkas a su defensa, a su integridad física y cultural, así como el derecho a sus propias vidas, no debería de ser una "demanda" que el Gobierno en su misericordia "atenderá", cuando ese es un derecho, que tanto la Constitución de la República del Perú, así como el Derecho Internacional y la Corte Interamericana de Derechos Humanos garantiza. Compañeros, ese debería de ser un derecho garantizado y no una demanda. El Gobierno, en su ineficacia, inutilidad y desidia está dejando que los pueblos originarios de la Amazonía peruana sean aniquilados por los narcotraficantes y por los madereros y ganaderos que invaden sus tierras y las zonas y reservas protegidas por la legislatura nacional. ¿Dónde está la autoridad del Gobierno central y regional? ¿Dónde está el poder de coacción estatal que debería de garantizar tanto la protección de las comunidades amazónicas como la asháninka, sino también de las áreas amazónicas protegidas y de lo frontera y sus pasos fronterizos? ¿No debería el Gobierno central también combatir a los madereros ilegales así como combate supuestamente al narcotráfico en el VRAEM?
GianGian Producciones
Martes 9 de setiembre de 2014

jueves, 5 de junio de 2014

Día Mundial del Medio Ambiente

Hoy fue el Día Mundial del Medio Ambiente. Y a diferencia de algunos estúpidos que creen que el Medio Ambiente es un chiste de “arbolitos” y “pajaritos”, nosotros sí nos lo tomamos en serio. Porque el Medio Ambiente es todo lo que nos rodea: Las plantas, los árboles, los “pajaritos”, el aire, el agua, la tierra, las corrientes marinas, los ecosistemas, la sociedad, la economía, la industria, la pobreza, y etcétera; y cualquier alteración y efecto negativo en el Medio Ambiente nos pone en peligro, a todos, sin importar nuestra raza, nuestra ideología y nuestros credos, sin importar nuestra nacionalidad, nuestro domicilio y/o nuestra condición social y económica. El Medio Ambiente no se trata ya de las viejas rencillas entre “derechas” e “izquierdas”; no se trata de la lucha de clases ni de la culturalidad y la anticulturalidad ni tampoco de capitalismo y socialismo. Se trata de nuestra existencia, y de cómo ella repercute negativa y/o positivamente en todo lo que nos rodea, desde los “arbolitos” y “pajaritos” hasta en el futuro de nuestra propia civilización. Se trata, pues, de inteligencia, de racionalidad versus estupidez, de progreso responsable versus progreso interesada y ambiciosamente irresponsable.

Por eso hoy recordamos y hacemos énfasis en que Estados Unidos se ha zurrado completamente en todos los tratados medioambientales existentes desde que la problemática medioambiental empezó a discutirse en los organismos internacionales. Por eso hoy recordamos y hacemos énfasis en que el sistema capitalista neoliberal megaindustrializado no es perfecto, más allá de lo bueno y lo malo, pero definitivamente no es perfecto, y definitivamente es incompatible con el delicado equilibrio medioambiental de los ecosistemas que nuestro planeta alberga.

Hoy recordamos, pues, que junto a Estados Unidos, la República Popular China, la Federación Rusa, la India, Brasil, Australia, Alemania, Canadá y Gran Bretaña, solo por resaltar los casos más vergonzosamente emblemáticos, también se han zurrado en los tratados medioambientales existentes, que nunca han colaborado en la lucha internacional por reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero que nuestras sociedades producen, teniendo en cuenta que justo son esos los países que más contaminan, pues son los países que poseen las megaindustrias de producción más desarrolladas y grandes de todo el mundo.

Y sí. No es que seamos unos espesos, unos “rojos” que se oponen al desarrollo, o unos antisistemas terroristas, unos antiantiestadounidenses ni unos antiimperialistas, como suelen poner de excusa los medios de comunicación masivos para deslegitimar cualquier crítica que hagamos al poder los que no nos casamos ni con el poder ni con los poderosos. Estamos diciendo la verdad. Somos sinceros, y no unos hipócritas ni unos interesados que ponen el lucro para su propio beneficio por delante, incluso, de la vida y subsistencia de millones de seres humanos, y de millones de otras especies animales y/o vegetales.

Es sincero decir que son Estados Unidos y la República Popular China los países más poderosos del mundo en estos momentos, y que a nivel mundial son sus industrias las más grandes y desarrolladas también. Pero también es sincero decir que son también los países que más contaminan, que son Estados Unidos y la República Popular China los dos países que más carbón queman a nivel mundial para poder sostener su sistema energético nacional, pues el carbón les resulta, en definitiva, baratísimo al corto plazo.

Y es que son mortales y monstruosamente vergonzosas las nubes tóxicas de contaminación, altamente cancerígenas por sus altos índices de metales pesados y gases tóxicos, que oscurecen y se levantan sobre las ciudades estadounidenses, como sucede en Bakersfield y Merced (ambas en California), Los Ángeles, Las Vegas, Chicago, Nueva York, Washington (ciudad que emite unas 20 toneladas anuales de CO2 en promedio), Denver (donde se emiten 21,5 toneladas de CO2, metano y otros gases de efecto invernadero anuales por habitante), Pittsburgh, Cincinnati, Minneapolis, Austin, Dallas (donde anualmente se emiten un promedio anual de 15 toneladas de CO2 y metano por habitante), entre otras.
 

Pero la República Popular China no se queda atrás. El gigante asiático emite en total un promedio de 18% del total de CO2 a nivel mundial cada año, y, por supuesto, cada año esa cifra va en aumento. Sus ciudades más contaminadas, y que se encuentran entre las más contaminadas del mundo, son Linfen (la mayor productora de carbón de su país, emite niveles altísimos de CO2, arsénico y plomo), Tianjin, Beijing, Shanghái, Cantón, Xian. Y su capital, Pekín, es de las más contaminadas de la China continental, pues su emisión de partículas de metales pesados en el aire superan espantosamente el índice recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), teniendo en cuenta que el límite de la OMS es de 2,5 micrometros de diámetro por partícula, y Pekín emite partículas con un diámetro de 500 micrometros. Es espantoso. Las nubes tóxicas que cubren y desaparecen los rascacielos en Pekín son verdaderamente apocalípticas. La República Popular China se encuentra en estos momentos en medio de una catástrofe medioambiental, y las lluvias tóxicas son inevitables.
 
 
La Federación Rusa es, claro, otro gigante de la contaminación. En Norilsk, donde las minas cercanas de níquel, paladio, cobre, cobalto, platino y carbón, emiten niveles descomunales de partículas de plomo al aire, es casi imposible respirar sin sentir lo denso del aire. En Dzerzhinsk, donde durante la Guerra Fría la Unión Soviética fabricaba sus armas químicas, las más de 300 mil toneladas de residuos químicos que contaminan el aire y el suelo superan hasta en 17 millones los niveles de seguridad de la OMS, por lo cual en 2003 la tasa de mortalidad de la ciudad  superó en un 260% a la tasa de natalidad; verdaderamente espantoso.
 
Cerca a Rusia, Mailuu-Suu, en Kirguistán, es una de las ciudades más radiactivas del mundo por sus desechos tóxicos y sus minas de uranio. En Sumgayit, Azerbaiyán, las emisiones tóxicas son altísimas, pues es uno de los centros petroquímicos más grandes del mundo, tal como hace algunas décadas atrás, cuando era el centro de producción principal de productos químicos agrícolas e industriales de la Unión Soviética. En Chérnobil, Ucrania, la catástrofe atómica de 1986 sobrepasó en 100 veces el límite permitido de radiación en el aire, y las lluvias tóxicas y radiactivas caen sobre sus tierras hasta el día de hoy, convirtiendo a la hoy fantasma ciudad en una demostración de lo que fue la carrera atómica durante la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética (URSS).

Otras ciudades altamente contaminadas son, ya sea por emisión de gases de efecto invernadero, o por otros factores, Ranipet, en la India, una de las ciudades más contaminadas del mundo, pues está llena de más de un millón y medio de toneladas de residuos tóxicos que durante las dos últimas décadas han producido las plantas químicas que allí funcionan. En la India también está Vapi, donde los desechos químicos, los metales pesados y los pesticidas asfixian a su gente y contaminan las aguas subterráneas de la zona, superando estas hasta en 96 veces los niveles internacionales permitidos. Y en la India también está Sukinda, ciudad donde el 60% del agua potable contiene cromo hexavalente a un nivel que duplica o hasta triplica las normas internacionales permitidas, convirtiendo sus aguas en altamente cancerígenas, por lo cual la hemorragia gastrointestinal, infertilidad y tuberculosis, entre otras, son enfermedades que se han hecho comunes entre sus habitantes de todas las edades. En el delta del Níger, en Nigeria, el panorama no es muy distinto, pues el río ha sido víctima de incontables derrames de petróleo (casi 7 mil derrames en los últimos 50 años) que han contaminado las aguas con aproximadamente 13 millones de barriles de crudo. Pero en Bandung, Indonesia, el río Citarum se corona desgraciadamente como el más contaminado del mundo por la cantidad descomunal de basura que alberga.

Río de Janeiro, en Brasil, es una de las mayores ciudades industriales del monstruo suramericano, por lo cual los basurales inmensos, sus aguas turbias y densas así como su aire altamente tóxico en partículas de metales pesados la convierten en un verdadero infierno. Pero Brasil es un monstruo en la región de América del Sur no solo por su superficie territorial, sino también por los altos y rápidos índices de depredación de las selvas amazónicas anuales, siendo uno de los países que más rápido se está depredando a nivel mundial. Otro foco de contaminación en la región suramericana es, claro, La Oroya, ciudad peruana que emite cantidades extraordinarias no solo de dióxido de carbono, sino también de dióxido de azufre y de dióxido de plomo debido a su explotación minera. En Perú, dicho sea de paso, está también su capital, Lima, que es una de las ciudades más contaminadas de toda América Latina, sobre todo por su viejo parque automotor que emite cantidades descomunales de CO2 cada año. Santiago de Chile, en Chile, no se queda atrás en cuanto a contaminación se refiere, así como México D.F., en México. En el continente africano, Zabwe, en Zambia, es una de las ciudades más contaminadas del mundo debido a las industrias que extraen cobre de la zona.

Y así sucesivamente, podríamos pasarnos todo el día, y todos los días, citando y citando más y más casos. Y probablemente nos tardaríamos demasiado tiempo en terminar. Pero lo cierto es una cosa: Nuestras sociedades están contaminando el planeta. Nuestras industrias están depredando, asesinando y contaminando el planeta. Y nosotros, los seres humanos, que supuestamente somos la especie dominante de este planeta por nuestro cerebro altamente desarrollado y evolucionado en comparación con el resto de las demás especies terráqueas vivas que según nosotros son nada más que un montón de bestias inmundas e incivilizadas, estamos depredando, contaminando, incendiando, envenenando y asfixiando los milenarios ecosistemas terrestres. En definitiva, nosotros, los seres humanos, estamos asesinando a nuestro planeta, la Tierra, y por tanto llevándonos hacia nuestra propia extinción, junto con el resto de las especies vivas que habitan en este planeta junto a nosotros.

Es increíblemente desastroso, tristemente real; y sinceramente da impotencia ver que como ciegos, mudos y sordos nuestras autoridades, nuestros gobiernos y los organismos internacionales no hagan nada por cambiar, y que nosotros mismos no presionemos lo bastante alzando nuestra voz de protesta para exigir a nuestras autoridades y gobiernos (a las cuales nosotros elegimos, y que nos deben obediencia, a nosotros, la ciudadanía) para que podamos cambiar esta grave situación. Porque ten en cuenta algo (sí, tú, lector y compañero, seas hombre o mujer): Nosotros, el pueblo, somos la mayoría de la población; nosotros, la ciudadanía, tenemos el poder. El poder para cambiar, el poder para exigir, el poder para quitar el poder otorgado, y es a nosotros a quienes las autoridades y los gobiernos nos deben respeto, y es a nosotros a quienes los poderosos nos deben y tienen que temer. Porque nuestras voces serán siempre más potentes y ruidosas que cualquier arma del poderoso, y nuestros puños serán siempre más poderosos que cualquier armas del poderoso. Y esta situación, esta forma de vida de nuestras sociedades y de nuestras industrias debe y tiene que cambiar. Y depende de nosotros, la ciudadanía, hacer que eso cambie, y lograr que todo mejore. Porque el Día Mundial del Medio Ambiente no es solo un día para “huevear”, no es solo un día para más; es un día para tomar conciencia.
 
 
Jueves 5 de junio de 2014
GianGian Producciones