jueves, 8 de enero de 2015

Sexto aniversario

Hoy cumplimos un año más de existencia, pero, en realidad, no hay nada que celebrar. El que se ha ido ha sido un año en el que no hemos dicho mucho. No porque no hayamos tenido nada importante que decir ante tantas cosas, tantos atropellos y tantas injusticias que han pasado; ni por conformismo ni por desinterés. Ha sido en gran parte debido a una cuestión trascendental: ¿Qué hacer? ¿Qué hacer ante tantas cosas, ante todo lo que sucede en nuestro mundo cuando sabemos, muy en el fondo, que probablemente no vayamos a cambiar nada en lo más absoluto? ¿Qué hacer cuando sabemos y vemos que las personas solo quieren divertirse y pasar el rato, y no pensar? Pues sí, ¿qué hacer?


 El Gobierno genocida sirio de Bashar al-Asad aniquila a su pueblo a punta de bombazos de artillería pesada, ataques aéreos y armas químicas, y la comunidad internacional no hace nada al respecto. Del mismo modo, el Gobierno genocida e ilegal israelí ataca deliberadamente a la Franja de Gaza bajo control del gobierno democráticamente elegido de Hamas, los palestinos se defienden como pueden durante más de un mes teniendo en cuenta el escaso armamento que poseen, el bloqueo alimenticio, de salud y económico (ilegal y denunciado por la ONU) al que son sometidos por el Gobierno israelí, y la comunidad internacional no hace nada, la ONU no interviene y Estados Unidos le vende más armamento a Israel.


En contraposición, Ucrania viola sus acuerdos y tratados comerciales con la Federación Rusa e inicia conversaciones con la Unión Europea para entrar en ella; Rusia presiona, los ultraderechistas proeuropeos ucranianos se alzan en armas, inician una guerra civil que termina con el derrocamiento del gobierno prorruso democráticamente elegido de Víktor Yanukóvich y la instalación de otro ilegítimo y dictatorial proeuropeo bajo el mando de Petró Poroshenko que inicia acuerdos con la Unión Europea, con la OTAN y recibe el apoyo metiche y angurriento de Estados Unidos para ganarle geopolíticamente terreno a Rusia en Europa del Este (y luego los eruditos dicen que la Guerra Fría se ha terminado); en respuesta, Crimea se independiza de Ucrania y por referéndum popular se anexiona a la Federación Rusa que apoya a los insurgentes separatistas prorrusos del este ucraniano en Donetsk y Lugansk que también proclaman su independencia de Ucrania, y la comunidad internacional liderada por Estados Unidos nombra "terroristas" a los separatistas prorrusos ucranianos antieuropeos y sanciona a Rusia por ello, mas no a Ucrania por violar sus tratados comerciales con Rusia, ni al gobierno dictatorial de Poroshenko instalado mediante un golpe de Estado liderado por la ultraderecha ucraniana proeuropea que a punta de bombazos y revueltas criminales adquirió el poder y que ya en él inició una limpieza ideológica en Ucrania con un claro tufo a franquismo pinochetista neonazi (y, claro, ya nos sabemos el cuento de siempre; eso, el fascismo, no se sanciona).


Luego, en Irak, un grupo terrorista autoseparado de al-Qaeda que inició sus acciones militares tras al invasión estadounidense de 2003 en Irak y liderado por Abu Bakr al-Baghdadi proclama, en primera instancia, el inicio y restauración del Califato Islámico (que las potencias imperialistas europeas desmembraron, tras siglos persiguiendo ese mismo objetivo, al desmantelar al Imperio Otomano tras la Primera Guerra Mundial en 1923) con el nombre de Estado Islámico de Irak y el Levante e inicia una invasión militar de ciudades y bases militares iraquíes, logrando desmantelar al Gobierno iraquí desmilitarizado por Estados Unidos desde su invasión para controlar el petróleo iraquí y tener una frontera abierta contra Irán y frenar su carrera atómica. Luego, el Estado Islámico inicia su campaña de expansión en Siria luchando contra los insurgentes prodemocracia que a su vez luchan contra el gobierno genocida de Bashar al-Asad, lo cual beneficia a este último, quien a su vez, en vista del temor de Israel y Occidente de que el Estado Islámico siga avanzando y conquistando más países musulmanes hacia Palestina y el norte de África (donde otros grupos radicales islámicos se han levantado en armas), busca y consigue el apoyo de Occidente y sobre todo de Estados Unidos para hacerle frente al Estado Islámico, lo cual nuevamente la ONU no denuncia ni impide. Entonces, otra vez la misma cuestión: Que el gobierno sirio de Bashar al-Asad bombardee y ataque químicamente a su población no es condenable a pesar de las repetidas violaciones a los Derechos Humanos que ha cometido, pero cuando las violaciones de Derechos Humanos las cometen los radicales y terroristas islámicos sí es condenable (aclaramos que sí condenamos y esperamos que el Estado Islámico sea erradicado de la faz de la Tierra), y contra ellos sí hay que combatir (porque no hay que olvidar que Occidente es islamofóbico, y eso también lo condenamos), aunque para ello haya que aliarse con otro violador de Derechos Humanos como Bashar al-Asad (a quien también condenamos). Vaya, qué lógica para más coherente y ética, ya lo sabíamos, no por nada los dueños y amos del mundo son los Estados Unidos de Norteamérica (o simplemente "América", así, a secas, como les encanta ser llamados y como si fueran los únicos que habitan en el continente de América).


Y como para coronar el pastel con una buena y deliciosa cereza, está que cuando el ébola llegó, a través de unos 8 ó 10 infectados más o menos, a Europa y Estados Unidos, Occidente se alarmó y puso manos a la obra para encontrar una cura que pueda combatir a la enfermedad convertida en pandemia desde que fue descubierta, allá por la década de 1970. Pero claro, como desde 1970 hasta inicios de 2014 el ébola solo había matado a africanos, a Occidente no le importó investigar en lo más absoluto la enfermedad. Mucho menos le importó a Occidente cuando el ébola brotó el año pasado nuevamente y mató a aproximadamente 7 mil africanos; "son solo un montón de negros" habrán dicho las farmacéuticas y los gobiernos occidentales, porque Occidente no hizo nada hasta que la epidemia llegó a sus países y empezó a matar a sus ciudadanos. Pero claro, la epidemia en Europa y Estados Unidos ya está controlada; donde se siguen muriendo a causa de ella es en África, ¡pero qué importa!, si África es solo su basurero en donde juegan a la minería más bruta, al "reciclaje" de todas sus tecnologías más obsoletas, y a poner y sacar gobiernos dictatoriales y genocidas (ese juego sí que le encanta a Occidente, hay que ver cómo babea cuando lo juega).


Y así podríamos seguir con muchas otras cosas más, como la abolición de los derechos laborales que Europa, Estados Unidos y América Latina están empezando a perpetrar con el casi aplaudido silencio de los medios de comunicación que se zurran en las noticias, en los reclamos, en las revueltas, en las manifestaciones, y juegan a bombardear a sus televidentes con pura mierda televisiva llena de culos, tetas y abdominales inflados a punta de jeringa. Bravo, ¡derechos laborales, para qué los queremos! Así deben de pensar los gobiernos latinoamericanos, como por el ejemplo el de Ollanta Humana Tasso que pasó de la izquierda reaccionaria a la ultraderecha más pusilánime y relamida por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, Estados Unidos y, claro, no nos olvidemos que también por la ultraderecha oligárquica limeña que sueña con convertir a Lima en Miami y al resto del Perú en la África empobrecida por las multinacionales extractoras de recursos naturales.

Esto y más es lo que no dijimos el año pasado; esto y más es lo que no supimos cómo escribir el año pasado, no por lamento, no por conformismo, no por desinterés, y menos aún por derrotismo. Es que nosotros no jugamos a ser "buenos periodistas", tampoco a ser siquiera "periodistas", porque no lo somos, y para eso ya hay demasiados imbéciles bien pagados (es decir, bien comprados) en las redacciones y en los canales de televisión y en las emisoras de radio. Y mucho menos pretendemos jugar a entretener a la juventud liberal ababozada y estupidizada con un panfleto ridículo y burlesco-racista como los hay muchos. Somos serios, y hablamos en serio, y solo nos interesa la verdad, la contrainformación, la contracultura, la lucha anticapitalista y antisistema, y la desestabilización de este sistema de terror y hambre. Esa es nuestra lucha, una lucha radical y total en contra de este orden mundial criminal, y por ello seguiremos en pie de lucha.



GianGian Producciones
Martes 6 de enero de 2015

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Mientras existan voces, mientras aún nos demos cuenta, no todo está perdido. Pero por ello es importante la contrainformación, aunque cueste ordenar las palabras con la indignación, nunca dejemos de propagar lo que los medios callan o reinterpretan en sus conveniencias políticas y económicas.

E