Fue elegido en la Ciudad del Vaticano (ese Estado millonario) el día de ayer, miércoles 13 de marzo de 2013, el nuevo Pontífice de la Iglesia Católica, ese antro de pederastas y dogmáticos radicales del medioevo. Se trata del argentino Jorge Mario Bergoglio, un conservador de la Compañía de Jesús, opositor a los del Opus Dei por su condición de jesuita y allegado a la dictadura del generalísimo genocida Jorge Rafael Videla.
Tras la renuncia el 28 de febrero de este año del Papa Benedicto XVI, nacido Joseph Aloisius Ratzinger, por los escándalos de pederastia que la cúpula eclesiástica le impidió combatir a pesar de sus rescatables esfuerzos, y tras solamente dos días de haberse iniciado el cónclave para la elección del nuevo Papa, fue elegido como el primer Pontífice latinoamericano el Cardenal argentino, quien ha tomado el nombre de Francisco I y que es acusado de haber vendido a dos sacerdotes de su congregación: Orlando Yolio y Francisco Jalics, quienes fueron secuestrados y torturados por la Marina argentina tras ser acusados por el propio Bergoglio de acciones subversivas en las barriadas en donde ejercían sacerdocio, esto por sus posiciones ideológicas progresistas y críticas contra la pobreza. Y Bergoglio, que había guardado silencio rotundo frente a la dictadura que presidió Videla, les retiró la protección de su orden y por tanto los vendió a la dictadura.
Pero Bergolio, que incluso salió a manifestar en 2004 que era un "exhibicionismo" que el entonces mandatario argentino Néstor Kirchner reabriera los juicios contra los criminales de la dictadura, es también acusado por la Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo de encubrir el tráfico de bebés nacidos en cautiverio durante la dictadura militar que presidió Videla, teniendo en cuenta que la dictadura propagó el nacionalismo católico y que recibió ayuda y apoyo político y social de la Iglesia Católica, la cual mostró un cruel apoyo a las dictaduras de derecha que Washington patrocinó en América Latina durante la Guerra Fría.
Pero lo cierto es que la elección de Bergoglio como Papa, hoy Francisco I, cumple un objetivo fundamental para la Iglesia Católica, y que no se trata de otra cosa más que de perpetuar su poder e influencia sobre el pueblo latinoamericano, teniendo en cuenta que en América Latina se encuentra más de la mitad de los fieles católicos y que muchos de los fieles latinoamericanos están empezando a migrar a otras vertientes del Cristianismo, como las iglesias evangélicas y las iglesias autodenominadas cristianas.
Lo triste es que como en Latinoamérica abundan los fanáticos religiosos como producto de la ignorancia que resulta de la pobreza y de la falta de educación (laica y/o de calidad), la Iglesia Católica siempre se ha aliado con las dictaduras, con los medios de comunicación y con los gobiernos derechistas para manipular al pueblo, para combatir a las ideologías y a los movimientos de izquierda como mecanismo de dominación social y cultural, además de intentar así hacer prevalecer un orden social verticalizador y oligárquico en una región controlada por los intereses de Washington. Y ahora que la Iglesia Católica ve mermada su posición privilegiada ante el pueblo por la creciente influencia de las iglesias evangélicas que han llegado a ocupar importantes posiciones sociales y políticas en toda América Latina, incluso a través de partidos políticos, es crucial para la Iglesia Católica hacer frente a esa situación para poder mantener sus privilegios políticos y económicos en la geopolítica internacional en pro de los favores políticos y económicos que ofrece la cúpula católica, sarta de zánganos y garrapatas.
Y nosotros aún nos seguimos preguntando: ¿Hasta cuándo vamos a seguir soportando la intromisión de esa porquería de iglesia que pretende envenenarnos con ese germen llamado religión?
Jueves 14 de marzo de 2013
GianGian Producciones
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