Lamentamos informar de la muerte de una familia de 12 elefantes que fueron cruelmente asesinados por un grupo de, al menos, 10 cazadores furtivos en la República de Kenia.
Los elefantes de esta manada fue atacada con disparos en las extremidades traseras para ser neutralizados, y luego fueron rematados con disparos en la cabeza. Entre los cadáveres se hayaba una cría de tan solo 2 meses de vida, la cual al parecer murió aplastada por su propia madre que cayó encima suyo debido a los disparos.
¿El Objetivo? Quitarles el marfil de sus colmillos para traficarlos en el mercado negro, donde un kilo de marfil puede llegar a costar unos US$ 2,500. Y se estima que estos asesinos hayan huído con un botín valuado en por lo menos US$ 280,000.
La matanza se dio el pasado lunes 7 de enero, pues los cadáveres fueron hayados el 8 de enero en la zona denominada Bisadi por los guardias del Parque Nacional Tsavo Este, el más extenso del país africano.
La República de Kenia es un país ubicado al este del continente africano, a las orillas del Océano Índico, y donde habitan unos 13 mil ejemplares de elefantes, lo que hace de Kenia un destino atractivo para los traficantes de marfil que lucran con la vida de estos animales por la creciente demanda de marfil en el mercado asiático, alentada sobre todo por el avance de la clase media de la República Popular China, pues allí los objetos de marfil son un símbolo de riqueza.
La situasión de los elefantes en Kenia ha empeorado tanto que el responsable del programa de protección de la especie en el KWS (Kenya Wildlife Service), Patrick Omondi, manifestó: "Nunca perdimos tantos elefantes en una sola y única matanza desde comienzos de los años ochentas". Y es que según los cálculos oficiales, la cifra de matanza de elefantes se ha duplicado desde 2010, habiéndose registrado ese año 178 asesinatos y 360 el año pasado (2012). Sin embargo, las autoridades declaran que como en muchos casos los cadáveres no son encontrados, las cifras reales son mayores.
El problema es tan complejo que guerrillas y grupos africanos armados financian sus guerras y acciones violentas con el tráfico del marfil en Asia, del mismo modo que lo hacen muchos militares africanos apoyados por el Gobierno estadounidense para combatir a las guerrillas, según afirman y comprueban diversas investigaciones realizadas por el diario estadounidense The New York Times.
Y según las estimaciones, si la situasión no deja de empeorar, o no hace nada para combatir a los traficantes de marfil o para frenar la demanda asiática de marfil por los gobiernos correspondientes y los organismos internacionales, entre ellos la ONU, los elefantes africanos podrían extinguirse alrededor del año 2020.
Pero lo cierto es que la situasión de los elefantes en África cada vez es peor por las tradiciones y supersticiones de las culturas asiáticas, sobre todo de la República Popular China y del Japón, donde el marfil es utilizado para fabricar chucherías tales como palillos para comer, adornos religiosos y sellos para estampar nombres.
Pero no toda la culpa se viene de Asia, pues la lucha por proteger a los elefantes se ve obstaculizada y deteriorada por las costumbres de esparsimiento de ciertos europeos aristócratas que gustan de ir de safari a África para cazar elefantes, como el señor Rey de España, el nauseabundo Juan Carlos I de Borbón. ¿Hasta cuándo?
Jueves 10 de enero de 2013
GianGian Producciones
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