lunes, 27 de febrero de 2012

¡Güeppí en peligro!

A veces da gusto ver que por momentos los medios de comunicación masivos como la televisión salen de su letargo mental para transmitir verdaderos reportajes, como lo hizo el día de ayer el programa de noticias Cuarto Poder, del canal América Televisión, al transmitir un reportaje sobre la reserva natural de Güeppí. Aunque claro está que no compartimos la visión inferiorizante del reportaje que denomina como "indígenas" a ciudadanos peruanos que no llevan un modo de vida occidental, pues juzgamos que esa es una visión totalizante y discriminadora propia de un modelo de vida que cree ser superior y más avanzado a cualquier otro modelo y forma de vida. Y aunque esa es una discrepancia de lenguaje y visión, no negamos la importancia de este reportaje, al cual saludamos, razón por la que lo difundimos a continuación:



Resulta pues que en el extremo norte del Perú, en el Departamento de Loreto, en lo que es la zona reservada de Güeppí (en la frontera con Ecuador y Colombia), la cual comprende 600 mil hectáreas de amazonía y donde viven alrededor 33 comunidades amazónicas, donde el Estado jamás llega (ni con salud, ni con seguridad ni con educación ni mucho menos con justicia), el Gobierno del exPresidente Alan García Pérez dio en concesión el lote 117 a la compañía brasilera PetroBras para que esta explore y explote hidrocarburos, es decir, petróleo.
La historia no es para nada compleja, sino simple. Más o menos dice así. En 1997 la zona de Güeppí fue declarada zona reservada "transitoria", lo que quiere decir que la flora y fauna de la zona además de las comunidades amazónicas (y por ende sus propiedades territoriales) dependen de los intereses y de la buena voluntad del Gobierno. Distinta sería la historia y la situación actual si es que Güeppí fuera reserva natural de carácter definitivo con el rango de Parque Nacional. No obstante, el intento de las comunidades por convertir a Güeppí en Parque Nacional lleva 14 años sin que el Consejo de Ministros se digne a darle la debida importancia al caso. Pero sus razones han de tener los (in)dignos ministros estos, pues en 2006, el entrante Presidente aprista Alan García Pérez dio en concesión el lote 177, el cual se superpone a la reserva de Güeppí en dos zonas: lote 117-A y lote 117-B. ¿Y a quién se le dio la concesión? Pues a PetroBras, compañía petrolera brasilera. Lo curioso es que el señor Alan García, durante su mandato (2006 - 2011) tuvo muy buenas relaciones con las empresas brasileras, hasta el punto que incluso aceptó un regalo descomunal -que puso a vista de todos en el Morro Solar de Chorrillos- de la empresa Odebrecht, la cual tiene en el Perú inversiones millonarias en el sector Construcción (ejemplos: la Interoceánica y el Tren Eléctrico) además de otros jugosos contratos. Y junto a la concesión de Güeppí, el señor Alan García dio en concesión otras zonas del Perú en el marco de cuanto tratado o interés hubiera o se tuviera, como Bagua, que resultó en la carnicería del Baguazo, que cobró la vida de más de un centenar de civiles pertenecientes a varias comunidades amazónicas en lo que fue la mayor represión policial y militar del gobierno de Alan García. De esa manera, Alan García lotizó -sí, así es- todo el Perú; y cada kilómetro y metro cuadrado del territorio nacional quedó lotizado y listo para darse en concesión a cuanta empresa quisiera explotar los recursos naturales de este país. Ahora bien, el actual Presidente de la República, Ollanta Humala Tasso, tampoco tiene entre sus prioridades a Güeppí, pues está, por el momento, más preocupado en sacar adelante sea como sea el proyecto Conga para explotar oro y sin importar los derechos ciudadanos y medioambientales. Y es que el señor Humala está tan solo continuando la tarea del exPresidente Alan García Pérez en lo que se ha convertido ya en la mayor traición hacia los votantes de los últimos años.
De esa manera, Güeppí se encuentra al borde de su destrucción, pues el Gobierno, una vez más, demuestra que su único interés no es ni el bienestar de los ciudadanos ni mucho menos el respeto de sus derechos, sino que su único y verdadero interés es el de extraer los recursos naturales en beneficio de las empresas extractivas multinacionales o extranjeras y, claro está, en beneficio también de aquellos funcionarios públicos y privados que llevan a cabo dichos negocios multimillonarios. "Los derechos adquiridos [de las empresas] se respetan", dice Pedro Gamboa, jefe del SERNANP (Servicio Nacional de Áreas Protegidas por el Estado), y que seguramente -y de eso estamos seguros- es un pensamiento que en el Gobierno lo tienen todos. Pero entonces, la pregunta sería: ¿y quién respeta los derechos inalienables y constitucionales de los ciudadanos y de las comunidades amazónicas? La respuesta es triste, porque los derechos inalienables y constitucionales de los ciudadanos y de las comunidades amazónicas no los respeta nadie, y mucho menos el Gobierno central.

Lo cierto es que en Güeppí no solamente viven alrededor de 33 comunidades amazónicas entre witotos, secoyas y quichuas (también llamados kichwas), sino también 184 especies de peces, 48 mamíferos, 437 aves, 59 anfibios (como las tortugas taricayas que se encuentran en peligro de extinción) y 1400 especies de plantas amazónicas. Entre toda esta biodiversidad, se encuentran también los delfines rosados, los manatíes y los lobos de río, tres especies que actualmente -y desde hace ya varias décadas- se encuentran en peligro de extinción. Claro, esto al Gobierno no le importa, pues para el Gobierno son solo plantas y animaluchos que estorban el intransigente camino del "progreso", aquel modelo totalitario al que suelen llamar "civilización". Pero qué vergüenza su civilización, tanta vergüenza que hasta dan ganas de no pertenecer a esa masa desigual llena de miseria llamada Occidente.




Lunes 27 de febrero de 2012.
GianGian Producciones.

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