lunes, 30 de enero de 2012

"Los esclavos chinos que ensamblan las maravillas de Apple"

Existe un país asiático que en los últimos años se ha convertido en el paraíso del gran empresariado transnacional y de los que en sus tiempos odiaron a los abolicionistas de todo el mundo. Hoy, estos gusanos y zánganos que gustan de chupar hasta la última gota de sudor para enriquecerse ilícitamente y literalmente cagarse en dinero han trasladado no solo sus fábricas y sedes a aquel país de esclavos y explotados por un dizque gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo, donde supuestamente reinan las igualdades y equidades sociales. Uy, sí, cómo no... Ese país es la República Popular China, un país supuestamente socialista, pero que es el edén de todos los capitalistas, mercantilistas, liberales, neoliberales y demás amantes del dinero y las explotaciones; y que además es el país de las tecnologías, el abastecedor tecnológico del planeta, donde niños y ciudadanos son explotados con salarios de hambre -o sin salarios- y sin derechos laborales. Grandes empresas y marcas como Apple se aprovechan de esas condiciones de explotación mantenidas por el Gobierno popular chino para poder lucrar y reducir costos de producción. Capitalismo puro...
Sobre este tema, el semanario local Hildebrandt en sus trece ha publicado en su último número un buen artículo sobre la relación entre Apple y la China continental. Léelo a continuación:

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Apple anunció este martes (24 de enero de 2012) un beneficio de 13,100 millones de dólares estadounidenses para su ejercicio (octubre-noviembre-diciembre), el doble de lo obtenido un año antes en el mismo periodo. Este récord inesperado por los mercados se tradujo por un alza del 8% del valor de las acciones de la empresa, que exhibió una facturación ampliamente superior a lo que esperaban los analistas, con un avance de 73% en un año, a 46,300 millones de dólares estadounidenses, contra 38,850 millones esperados. Y este miércoles 25 de enero, Apple recuperó el lugar de empresa más valiosa en la Bolsa, por delante de Exxon-Mobil.
Las claves de este éxito: la venta de 37 millones de smartphones, entre ellos iPhones 4S, un salto de 128% en un año, cuando Wall Street esperaba 31 millones de móviles. En el mismo trimestre vendió 15 millones de la tableta iPad (+111%), 5,5 millones de Mac (+26%) y 15,4 millones de reproductores de MP3 iPod (+21%).
Aparte de demostrar que Apple sigue con el viento en popa pese al reciente fallecimiento de su fundador y gurú, Steve Jobs, la empresa de Cupertino se felicita por el hecho de que su margen de beneficios se duplica mientras los gastos de fabricación, investigación y de comercialización aumentan menos rápido que las ganancias.
La fabricación merece un capítulo aparte. Detrás de la marca que ostenta una de las mejores imágenes del capitalismo globalizado, existe una realidad menos cool: la de la usina de Foxconn en Shenzhen, en el sudeste de China, que emplea a unas 420,000 personas.
Foxconn es conocida por ser el primer empleador privado de China y por ensamblar los componentes electrónicos de Apple, celulares de Nokia, el Kindle de Amazon o las consolas de juego Wii, Playstation oXbox. Pero la compañía china también da que hablar por sus condiciones laborales y el suicidio de 14 de sus empleados en 2012.
El difunto Steve Jobs era consciente de este problema, y relativizó la cifra de muertos indicando que la tasa de suicidios estaba por debajo de la media nacional estadounidense -lo que es cierto- y aseguraba que Foxconn no era un sweatshop, ya que contaba con comedores y piscinas para sus obreros.
Sin embargo, admitía que los jóvenes de origen campesino no tenían dificultades para integrarse y prometía investigar la situación. De hecho, desde 2007 Apple conduce una auditoría propia.
De acuerdo con un informe mencionado el martes 24 de enero en el periódico británico The Guardian, en 2008 el 82% de las fábricas violaban los límites impuestos por Apple, de 60 horas de trabajo semanales -en un país donde los turnos de entre 12 y 16 horas diarias son comunes- y no menos de una jornada de descanso por semana. Según el mismo documento, en 2011 incumplían las normas en un 68%.
En 2008, Foxconn violaba los códigos de paga, y reduciendo el salario como medida disciplinaria y omitiendo entregar recibos de sueldos. Esta cifra era de 30% en 2011.
Más gráficos son los testimonios del fanático de Apple y performer Mike Daisey, quien viajó en 2010 a Shenzhen para ver qué había detrás del made in China de sus artefactos. Allí descubrió el "trato inhumano" de "gente tratada como robots", con "manos atrofiadas" que no podía seguir trabajando.
Un hombre con la mano en forma de garfio cuenta su accidente con una prensa metálica de Foxconn y señala que nunca ha visto un iPad encendido. Una chica se ocupa de limpiar los cristales de los iPad; dice que tiene 13 años. Los dormitorios hacinados, vigilados con cámras. Hombres de 20 años que no pueden controlar el temblor de sus manos por el movimiento repetitivo de sus tareas durante años.
El relato sobre el trato inhumano en las manos que hacen los productos más simpáticos del mercado hecho por Daisey llevó a Apple a exigir el fin del trabajo infantil y el pago de horas extras, entre otras normalizaciones.
Pero sobre todo, Apple anunció hace un mes una auditoría independiente a cargo de la Fair Labor Association (FLA), una ONG fundada tras los escándalos de los sweatshops que se encarga de monitorear a Nike, Adidas y a H&M.
Según el presidente de la FLA, Auret van Heerden, "hasta ahora ninguna empresa de alta tecnología contaba con una evaluación exterior, lo que hace que la decisión de Apple sea una noticia importante".
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Visita la página oficial de Hildebrandt en sus trece, aquí.






Martes 31 de enero de 2012.
(Información extraída de Hildebrandt en sus trece, Nº 91).
GianGian Producciones.

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