“... Los nacionalismos pueden tener diversas orientaciones políticas. Los hay conservadores, reaccionarios, fascistas, socialistas o populistas, pero contienen rasgos comunes...” Pareciera de que este notable señor se olvida de algo que es muy importante, y es que conservadores, reaccionarios y fascistas, además de populistas, no solo han demostrado serlo los nacionalistas como el general Velasco o Hitler -que sobra decir qué tendencias políticas tenían-, sino que también lo han demostrado ser otros fulanitos y zutanos como el también generalazo Pinochet (un arduo defensor del Capitalismo) o el también generalazo Videla (también un arduo defensor del Capitalismo y antimarxista a ultranza). Y no solo estos dos notables generalazos, sino que también han sido conservadores y reaccionarios, además de fascistas, el reinado de la monarca inglesa, Isabel II (también monarca del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y de ese monarcado también llamado Commonwealth) y la presidencia del tan venerable y pacifista señor George W. Bush -capitalista hasta el pescuezo-.
Ah, pero la lista de capitalistas con rasgos comunes (fascistas, reaccionarios, conservadores y populistas) no termina ahí, porque también está la capitalísima dinastía de los Somoza que gobernara Nicaragua y la dictatorialísima presidencia del también capitalísimo Leonidas Trujillo en República Dominicana. Y acá no más, también fue reaccionaria y populista la dictadura de Fujimori. Y si nos vamos un poco más hacia el este, encontraremos que también fue conservador y populista (además de corrupto-reaccionario) el gobierno dictatorial del señor Joseph-Désiré Mobutu (luego se renombró como Mobutu Sese Seko) en la República Democrática del Congo -en esos tiempos llamada República de Zaire-, quien, como para variar, recibía ayuda de Estados Unidos como estrategia durante la Guerra Fría. Recordemos que la dictadura de este dio origen a la Primera Guerra del Congo -o Primera Guerra Mundial Africana-, que luego daría a su vez origen a la Segunda Guerra del Congo.
Pero el señor Miró Quesada sigue, y escribe lo siguiente:
“(…) La doctrina de que la nación es o debería ser la que domine, la que ejerza hegemonía entre otras naciones y con ese fin debería emprender una acción agresiva. En este último caso el nacionalismo expansionista se convierte en imperialismo, entonces se internacionaliza. La mayoría de los nacionalismos son racistas, xenófobos, en esencia excluyentes. Excluye a todo lo que está fuera de su entorno geográfico y cultural. También existe una íntima relación entre nacionalismo y la formación militar, esto explica en gran parte porqué Ollanta Humala es nacionalista.” Claro, y es que el nacionalismo siempre será excluyente cuando tenga fines raciales o religiosos, como lo era pues el nacionalismo de Hitler y lo es el nacionalismo de Isabel II en su cruzada por anglonizar Irlanda del Norte y eliminar de allí al Catolicismo.
También se olvida este señor -o al menos parecería querer olvidar- que si hay fuerza militar más grande y poderosa en la faz de la Tierra que está íntimamente vinculada a su nación y a sus intereses nacionales, es el atomizado y nuclear ejército estadounidense, que, entre otras cosas, defiende a su Estado-nación y a su economía capitalista. Tal es así, que cuando Irak invadió Kuwait en 1990 y las fuerzas internacionales -lideradas nada menos que por Estados Unidos- fueron en rescate del país árabe, lo único que se protegió fueron las plantas petrolíferas, pues hasta a las caravanas de gente que salían de las bombardeadas ciudades fueron también bombardeadas y sentenciadas a muerte, allí, en el caluroso desierto árabe por “la causa humanitaria”.
Pero eso no lo tiene en mente este señor cuando habla pues de la relación entre el nacionalismo y la formación militar, porque para él el único nacionalismo que está mal es el que defiende los intereses del pueblo y no el que defiende a la economía criminal. ¡Esos que mueran!, dirá seguramente. Porque para él no es pues nacionalismo (ni racismo) el hecho de que Estados Unidos construya una muralla a lo largo de toda su frontera con México o que mande a sus soldados a Irak y Afganistán con la idea de defender a la patria de los terroristas. Oh, claro, eso no es nacionalismo pues, porque los capitalistas y liberales aman a Estados Unidos, y para ellos Estados Unidos es el paraíso donde Dios es el Presidente y la Iglesia es el Congreso y los ángeles celestiales el ejército estadounidense y la llave de entrada al cielo el pasaporte estadounidense.
Pero este señor no para allí, sino que sigue y sigue. Entonces, empieza pues a hablar de Chávez y su nacional-socialismo latinoamericano -el socialismo del siglo XXI, según los expertos- que está mezclado con el plan bolivariano que a su vez está mezclado con las ideas del alemán Hans Dietrich. Y así, llega al indianismo, que dice él y el antropólogo francés Henry Fabre, es distinto al indigenismo, porque el indianismo es una corriente política, económica y cultural, a diferencia del indigenismo que es una corriente ideológica reivindicativa. Es de esta manera, que llega a decir: “(...) En consecuencia, los movimientos nacionalistas-populistas de la región son expansivos, porque pretenden exportar los planteamientos del socialismo del siglo XXI, y como se sabe el socialismo es más internacionalista que nacionalista.” Claro, para él solo el nacionalismo y el socialismo, además del socialismo del siglo XXI, son populistas. ¿A caso no son populistas las campañas de los partidos y líderes capitalistas, no solo de esta región, sino de otras partes del mundo? ¿A caso no fue POPULISTA -sí, así, todo con mayúsculas- la campaña del ahora presidente estadounidense Barack Obama?, porque no hay que olvidar que este prometió el oro y el moro, y hasta ahora no ha cumplido absolutamente ninguna de sus promesas populistas, las cuales -no hay que dejar de decir- fueron las que lo llevaron a ser elegido presidente de su país.
Es decir, para el señor Miró Quesada Rada, los únicos populistas son pues Chávez, Morales, Correa, Ortega y Humala. Y no digo que no lo sean, porque lo son, pero populistas los hay por todas partes, hasta en su amado Capitalismo el populismo es clave importantísima de sus campañas electorales, pues sino nadie votaría por ellos. ¿Qué sería de los candidatos capitalistas sin el populismo en nuestra región, por ejemplo? La respuesta la sabemos muy bien todos: nada.
Ah, pero cierto, es que el señor Miró Quesada Rada no habla de Capitalismo, él habla de Neoliberalismo, que a las finales, valga la redundancia, resulta siendo lo mismo que el Capitalismo, solo que es ya la defensa máxima y radicalizada del mercado y la macroeconomía.
Y entonces, el señor Miró Quesada Rada habla del “destino del Nacionalismo”, y habla del parecido entre Nacionalismo y Dios y que ambos poseen postulados muy iguales, solo que desde ópticas distintas. Entonces, dice: “La idea de nación es tan sólida como la idea de Dios. (...) El nacionalismo es un atavismo, un tabú que podrá ser superado cuando desaparezcan las naciones, así como desapareció el feudalismo. Este atavismo podrá ser superado (...) cuando los seres humanos asuman la creencia de una sociedad universal, de una unidad mundial, con un gobierno democrático mundial.” Oh, pero claro, él no dice en ninguna parte nada sobre lo que podría o debería ser “una economía universal” que englobe a todos y que no sea como la economía actual que privilegia a unos y destina a la miseria a otros. ¿Estará hablando él de un Gobierno universal con una economía igual a la de ahora? Quizá a eso se refiera, pues si no lo dice, es porque sabe que no le conviene decirlo.
Así, siguiendo con la misma línea del párrafo anterior, continúa diciendo:
“(...) Se logrará a través de la solidaridad y la fraternidad entre todos los pueblos, en donde el valor de lo humano predominará sobre otras creencias.” Qué bonito suena, ¿no?, pero no cuando el que lo dice es un defensor de la macroindustria contaminante y destructora del medio ambiente y el equilibrio ecológico; cuando el que lo dice es un defensor del empresariado criminal -explotador del trabajador, asalariado por suerte- y de la economía lasciva, esa que se surra en la solidaridad y la fraternidad (de los pueblos y de todo aquello que represente una comunidad). Porque no es bonito cuando lo dice un defensor a ultranzas de la economía excluyente y de los salarios mínimos de hambre e insulto, esos que predominan, como se sabrá, en el Perú y otros países latinoamericanos que son el basurero de Estados Unidos.
Es que Miró Quesada Rada es un soñador, un utopista, porque él quiere que el Estado-nación (en cualquiera de sus manifestaciones, sea República, Estado o monarquía) desaparezca de la faz de la Tierra para que la economía y su amado empresariado y su alabada macroindustria no tengan ya límites para expandirse y operar a su regalado gusto. ¿Pero cómo puede este señor querer que los Estados desaparezcan, si son estos los que protegen al empresariado más que al pueblo? Es decir -y me explico-, ¿acaso no fueron los Estados los que intervinieron las economías en 2008, cuando la crisis financiera estalló? ¿Qué hubiera sido de la economía que dicen se está recuperando si Estados Unidos y los demás países no hubieran inyectado en las bolsas de valores? Ah, pero es que ahí no está mal pues; al contrario, ahí está más que excelente que exista el Estado y sus instituciones. ¿Qué hubiera sido de la economía peruana si el Gobierno en 2008 no hubiera subsidiado a PetroPerú para mantener el precio del crudo nacional y así evitar que el precio de los combustibles y los alimentos subieran? Es que seguro para él hay una pequeña diferencia pues: mientras el Estado beneficie y dé prioridad a la economía no hay ningún problema, pero si el Estado da prioridad al pueblo y a los intereses sociales, entonces este debe desaparecer. Qué bonito, qué bonito. ¡Viva la economía!
Y, entonces, cierra su magnífico discurso de solidaridad en pro del declive de las naciones diciendo: “El mundo, como demuestran los hechos, tiende hacia la globalización, pero las fuerzas nacionalistas que han surgido y podrán surgir hacia el futuro, son y serán un serio obstáculo para la Globalización, como también lo son aquellas fuerzas imperialistas y de dominación que quieren imponer al mundo una sola visión de la vida.” Oh, qué lindo, ¿no? Defiende él, pues, la causa antiimperialista y de dominación que nos impone una sola visión de la vida. Habrá que preguntarle a qué imperialismo se referirá, ¿al imperialismo chavista o al imperialismo estadounidense? Porque no creo que él se oponga al imperialismo estadounidense de dominación que nos impone absolutamente a todos una sola visión de la vida, su visión de la vida hecha verdad por decreto solipsista: el Capitalismo. Claro, es que para él el único imperialismo de dominación que impone su propia visión de la vida es el imperialismo chavista, porque el imperialismo estadounidense (para él) no es imperialismo, sino que es el brazo pacificador que va y viene a ayudar a aquellas tierras que se han apartado al Lado Oscuro de la tortilla. ¡Que la fuerza os acompañe, entonces, compañeros!
Domingo 24 de enero de 2009.
GianGian Producciones.
2 comentarios:
Ha sido un fin de semana : "El Comercio " !
Por un lado halagador con The Clash, por otro lado criticón. jaja. Como para equilibrar.
Ajá jajaja
Es que hay que criticar, sin crítica estamos jodidos a ser el mero rebaño de quienes se quieren atribuir el poder para gobernar... UU jaja
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