Hora de hablar de contaminación. Sí, así es.
Lean atentamente, porque esta es nuestra realidad, la realidad que nos ha tocado vivir, la realidad a la que no le prestamos atención, la realidad a la que somos ajenos, la realidad que mañana matará a nuestros hijos y nietos de asfixia.
Hace ya más de 100 años surgió la industria. Surgió como pequeño latifundio y luego se transformó en lo que hoy conocemos como la gran industria. Y es hoy la gran industria la que justifica la contaminación, el desgaste ecológico, la destrucción del planeta, el mal uso de sus recursos naturales, la explotación de la Tierra, en nombre de la economía consumista, del avance, del capitalismo más bruto y radical y del “progreso”. Progreso que cabe resaltar nos está conduciendo cada vez más hacia un vació social, cultural y hacia un hondo fondo ecológico sin retorno, además claro de la crisis económica que ya nos está golpeando. Pues es cierto, así de crudo y real es. Ya no hay retorno para lo que el maldito progreso del sistema ultra capitalista consumista ha ocasionado a nuestra madre naturaleza. Su desgaste, su mala preservación, su contaminación inconciente (y casi siempre conciente) ha generado ya un calentamiento global que está a nuestros ojos y que sin darnos cuenta ya lo estamos viviendo desde hace casi 30 años. Y ahora más que nunca sus efectos los podemos ver, tan sólo hay que prestar un poco de atención a lo que está ocurriendo en nuestra seca y asfixiante Lima, en la cual inusualmente está empezando a llover casi pasando uno o dos días. Ello, producto del deshielamiento de la Cordillera de los Andes. Es este, así, el ejemplo más claro de lo que ha ocasionado la industria. Industria que nos sumerge en el consumismo adictivo de sus productos. Productos que son hechos y producidos a costa de nuestra salud, a costa de nuestro bienestar, a costa del bienestar de los demás humanos y seres vivos no humanos (animales y plantas), a costa del ecosistema, ¡a costa del planeta! Es en realidad inevitable ya parar lo que la industria ha ocasionado en el ecosistema, pero claro debe quedar de que sin lucha no hay victoria y que la lucha nunca termina. Así es, aquí y ahora digo y expongo que la lucha contra la industria no ha terminado y que no nos debemos dejar aplastar por sus medios de consumo, ya que su consumo implica e implicará siempre la explotación y destrucción del planeta. Así pues, la industria debe desaparecer o, al menos, dejar su productividad masiva y acelerada para la preservación de lo que queda por salvar del planeta. Por ello, el mejor consejo que podemos seguir para no apoyar el avance industrial y, con ello, la proliferación del calentamiento global es “dejar de consumir tanto”, “dejar de lado las exquisiteces, los caprichos y las compras innecesarias” para apoyar con la lucha anti-contaminación. No pienses que esto es un acto de locura o una estupidez, piensa que el smog que hoy respiras es el smog que mañana matará a tu hijo e hija, a tu nieto, a tus hermanos y a ti mismo. Ten en cuenta que el calor y bochorno que hoy sientes, es el calor y bochorno que mañana calcinarán a tus hijos, hijas y hermanos y, probablemente a ti. Ten en cuenta que el agua que hoy tomas, es el agua que mañana faltará para muchas bocas y matará, por ende, a muchos, muchos humanos, animales y plantas. Ten en cuenta, por último, que el planeta hermoso y verde que hoy habitas, es el planeta hermoso que tus hijos, hijas, nietos, nietas extrañarán y, más que fijo, que tú también extrañarás. Espero esto les haya ayudado a reflexionar sobre lo que la industria está ocasionando y, pues, la combatan a todo pulmón, pues no es para reír esta realidad.
Lean atentamente, porque esta es nuestra realidad, la realidad que nos ha tocado vivir, la realidad a la que no le prestamos atención, la realidad a la que somos ajenos, la realidad que mañana matará a nuestros hijos y nietos de asfixia.
Hace ya más de 100 años surgió la industria. Surgió como pequeño latifundio y luego se transformó en lo que hoy conocemos como la gran industria. Y es hoy la gran industria la que justifica la contaminación, el desgaste ecológico, la destrucción del planeta, el mal uso de sus recursos naturales, la explotación de la Tierra, en nombre de la economía consumista, del avance, del capitalismo más bruto y radical y del “progreso”. Progreso que cabe resaltar nos está conduciendo cada vez más hacia un vació social, cultural y hacia un hondo fondo ecológico sin retorno, además claro de la crisis económica que ya nos está golpeando. Pues es cierto, así de crudo y real es. Ya no hay retorno para lo que el maldito progreso del sistema ultra capitalista consumista ha ocasionado a nuestra madre naturaleza. Su desgaste, su mala preservación, su contaminación inconciente (y casi siempre conciente) ha generado ya un calentamiento global que está a nuestros ojos y que sin darnos cuenta ya lo estamos viviendo desde hace casi 30 años. Y ahora más que nunca sus efectos los podemos ver, tan sólo hay que prestar un poco de atención a lo que está ocurriendo en nuestra seca y asfixiante Lima, en la cual inusualmente está empezando a llover casi pasando uno o dos días. Ello, producto del deshielamiento de la Cordillera de los Andes. Es este, así, el ejemplo más claro de lo que ha ocasionado la industria. Industria que nos sumerge en el consumismo adictivo de sus productos. Productos que son hechos y producidos a costa de nuestra salud, a costa de nuestro bienestar, a costa del bienestar de los demás humanos y seres vivos no humanos (animales y plantas), a costa del ecosistema, ¡a costa del planeta! Es en realidad inevitable ya parar lo que la industria ha ocasionado en el ecosistema, pero claro debe quedar de que sin lucha no hay victoria y que la lucha nunca termina. Así es, aquí y ahora digo y expongo que la lucha contra la industria no ha terminado y que no nos debemos dejar aplastar por sus medios de consumo, ya que su consumo implica e implicará siempre la explotación y destrucción del planeta. Así pues, la industria debe desaparecer o, al menos, dejar su productividad masiva y acelerada para la preservación de lo que queda por salvar del planeta. Por ello, el mejor consejo que podemos seguir para no apoyar el avance industrial y, con ello, la proliferación del calentamiento global es “dejar de consumir tanto”, “dejar de lado las exquisiteces, los caprichos y las compras innecesarias” para apoyar con la lucha anti-contaminación. No pienses que esto es un acto de locura o una estupidez, piensa que el smog que hoy respiras es el smog que mañana matará a tu hijo e hija, a tu nieto, a tus hermanos y a ti mismo. Ten en cuenta que el calor y bochorno que hoy sientes, es el calor y bochorno que mañana calcinarán a tus hijos, hijas y hermanos y, probablemente a ti. Ten en cuenta que el agua que hoy tomas, es el agua que mañana faltará para muchas bocas y matará, por ende, a muchos, muchos humanos, animales y plantas. Ten en cuenta, por último, que el planeta hermoso y verde que hoy habitas, es el planeta hermoso que tus hijos, hijas, nietos, nietas extrañarán y, más que fijo, que tú también extrañarás. Espero esto les haya ayudado a reflexionar sobre lo que la industria está ocasionando y, pues, la combatan a todo pulmón, pues no es para reír esta realidad.
Domingo 29 de marzo de 2009.
GianGian Producciones.
4 comentarios:
sin ir muy lejos, cuántos contaminamos nosotros solos? fumando, quemando cosas, no reciclando, somos los principales destructores del planeta.
Hay Gian! hace demasiado calor y esto ya no es normal. Todo se da por la contaminación que nosotros mismos hemos creados. Por eso, solo quiero ayudar a sanar al planeta y no tener hijos calcinados.
Jimmy, eso es cierto. El fumar contamina. Aunque, en ese caso no me considero un contaminador, pues no fumo jejeje. Y lo de que los humanos somos los principales destructores es cierto también, pero muestra de ello es la industria, pues la industria es el máximo exponente o creación de nuestra manera de vivir, manera destructiva a ser verdad.
Hay mía, esa no es la solución. Porqué privarte de algo tan hermoso como tener un hijo u hija. La solución, sino quieres contribuir a la extinción de tu planeta es educando a tus hijos en los buenos hábitos de consumo. Es decir, enseñ´´andoles a reciclar, a que fumar es malo para el medio ambiente, a que no tengas la computadora y el televisor prendidos al mismo tiempo, a que no duerman con la luz prendida, a que no usen demasiada agua o a que no voten la basura en las calles por ejemplo. Si haces eso, no le harás ningún daño a la Tierra, podrás ser feliz con tus hijos y ser infinitamente dichosa de tener hijos e hijas saludables y no calcinados... :)
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