jueves, 5 de diciembre de 2013

NELSON MANDELA HA FALLECIDO

 
Hoy, jueves 5 de diciembre de 2013, ha muerto uno de los pilares ideológicos y de acción de la Libertad, de la Igualdad y de la Democracia; uno de los seres humanos más grandes de nuestra civilización. Nelson Rolihlahla Mandela, más conocido como Madiba en la República de Sudáfrica, su país, ha fallecido a los 95 años de edad tras luchar por varios meses contra una enfermedad pulmonar.
 
 
Mandela nació en julio de 1918 como miembro de la aristocracia del pueblo Madiba de la etnia xhosa, estudió leyes y poco después entró a formar parte del partico Congreso Nacional Africano (CNA), llegando a ser en 1955 uno de los 3 mil delegados firmantes de la declaración en Kliptown de la Carta de Libertad. También fue miembro de las juventudes Umkhonto we Sizwe del CNA, agrupación clandestina armada que en 1960 él y Yossel Mashel Slovo (del Partido Comunista Sudafricano) forman tras las masacres de Shaperville en marzo de ese año contra la población negra. Eran los tiempos del Apartheid, sistema político segregacionista y racial que las élites blancas bóeres (o afrikáneres) crearon en 1948 para legitimar su régimen racista, privilegiado, explotador y opresor.
 

Los bóeres, descendientes europeos de raíces neerlandesas, francogermanas e inglesas, y minoría étnica en Sudáfrica, se hicieron con el poder de la nación desde las primigenias repúblicas bóeres en Natal y Transvaal hasta la llegada de la Unión Sudafricana que decantó posteriormente, en 1961, en la formación de la República de Sudáfrica como consecuencia de su salida de la británica Mancomunidad de Naciones. Mandela, que ya por esos años se dedicaba al activismo político a través de la desobediencia civil y del sabotaje a través de atentados contra puntos estratégicos de la industria gubernamental, y a pesar de ser uno de los máximos líderes del CNA y de la resistencia anti Apartheid en general, pertenecía a las masas negras obreras y empobrecidas que a parte de ser segregadas de la vida pública y política de su nación, también eran condenadas a la pobreza a través de las políticas económicas del régimen que los obligaba a trabajos esclavizantes y mal pagados.

 
Sudáfrica, por ese entonces y como en la actualidad, era una gran mina de oro, diamantes, cobre, carbón y uranio que le servía a Occidente, sobre todo a Estados Unidos y Gran Bretaña, como proveedor de minerales necesarios para el mantenimiento estable de la economía mundial, al menos la del eje capitalista occidental, pues eran los tiempos de la Guerra Fría.
El Apartheid era liderado por la derecha y la ultraderecha bóer sudafricana y contaba con el apoyo tácito y silencioso de las élites oligárquicas y ultraderechistas de Occidente (Estados Unidos, Gran Bretaña, etcétera) que en sus propios países mantenían también sus propios regímenes segregacionistas; mientras que la resistencia anti Apartheid liderada por organizaciones como el Congreso Nacional Africano y el Partido Comunista Sudafricano era apoyada por el eje izquierdista de la Internacional Socialista liderada por la Unión Soviética, Cuba y China. De allí que los bóeres mantuvieran su régimen racista en Sudáfrica hasta finales de la Guerra Fría, cuando la caída del Muro de Berlín y el desmembramiento de la URSS representaran el triunfo del Capitalismo neoliberal y dieran paso, así, a la caída del Apartheid en Sudáfrica al ya no representar este una necesidad para Occidente y su sistema económico.

 
Así, Mandela, tras ser arrestado en 1962 por sabotaje, terrorismo y por salir del país sin permiso, fue condenado a cadena perpetua. Había tenido que huir de Sudáfrica hacia Argelia para allí empezar a reformar el CNA hacia estrategias más duras y militaristas contra el régimen debido al recrudecimiento de la represión del Apartheid. Pero no duró mucho tiempo en libertad tras su regreso al país. El juicio contra él y la mayoría de los líderes del CNA y del PCSA que fueron progresivamente arrestados en las siguientes semanas a su arresto duró 8 meses. La Carta de Libertad fue totalmente prohibida, las matanzas clandestinas contra los líderes sindicales, obreros y comunales se incrementaron, la represión se volvió cada vez más sangrienta en los barrios negros de ciudades como Johannesburgo, Pretoria y Ciudad del Cabo, el régimen ya no sentía ninguna vergüenza por mostrar su adoración por el racismo y Mandela fue trasladado inmediatamente, junto a sus compañeros del CNA y del PCSA a la prisión de la Isla de Robben, a pocos kilómetros de las costas de la Ciudad del Cabo. Allí pasaría 18 de los 27 años que pasó en prisión hasta 1982, cuando fue transferido a la Prisión de Pollsmoor, en Ciudad del Cabo debido a la presión política y social, tanto nacional como extranjera. Luego sería trasladado, en 1988, a otra prisión, menos enclaustrada, debido a su tuberculosis como producto de las malas condiciones de encarcelamiento a las que fue sometido desde 1962.
Ya por esos años habían iniciado las conversaciones de paz entre él y el gobierno de Frederik de Klerke para evitar las sanciones políticas y económicas de la comunidad internacional y la violencia ciudadana como consecuencia del colapsado régimen. De ese modo, en febrero de 1990, Mandela fue puesto en libertad, dando inicio así al proceso de democratización que conllevaría a la caída del Apartheid en 1992 a través de un referéndum en el cual solo la población blanca bóer participó. La caída total de régimen era entonces inevitable. De Klerk se vio obligado por la creciente tensión política y social del país a concluir con las negociaciones de paz convocando a elecciones libres y universales en 1993 que llevarían a Mandela a la Presidencia en 1994 tras ser rotundamente elegido Presidente con más de 60% de los votos, asumiendo en mayo de ese mismo año.
 

Su gobierno representó no solamente el fin de un régimen de más de 100 años de dominio, opresión, segregación y cruel asesinato de las masas negras, sino la transformación de Sudáfrica hacia la democracia y la igualdad. Mandela se cuidó de buscar una verdadera reconciliación del país, y nombró a muchos de sus rivales y adversarios históricos como miembros de su Gobierno, llegando a crear una Comisión de la Verdad y Reconciliación. De ese modo, finalmente, en 1999 decide no volverse a postular, y se aparta de la vida pública.

Mandela fue, es y será, siempre, una muestra del valor humano, de la calidad y del honor, de la lucha y de la tolerancia, del perdón y de la reconciliación; en definitiva, será siempre Mandela. ¡Qué viva Mandela! ¡Hoy y siempre!


 
 
Jueves 5 de diciembre de 2013
GianGian Producciones

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