martes, 1 de mayo de 2012

Día Internacional de los Trabajadores

Mientras acá todos aprovechan el feriado para irse a beber alcohol, parrandear y drogarse, en otras ciudades y países las personas reclaman los derechos que hoy yacen abolidos: los derechos laborales. Algunos como Jaime de Althaus declaran que uno de los grandes logros del exdictador Alberto Fujimori, criminal y violador de Derechos Humanos y hoy reo, fue haber abolido la estabilidad laboral absoluta en el Perú. En España, los sindicatos y la población en general se han sumado a las manifestaciones contra el gobierno de Rajoy, ese pusilánime ultraderechista que es ultraliberal con los empresarios y transnacionalistas y ultraconservador con los trabajadores y en lo social. Y así como Rajoy, en Estados Unidos, Francia, Grecia, Italia, Portugal, Rusia, Chile, México, Venezuela y etcétera, etcétera y etcétera, los gobiernos aplican las mismas medidas contra sus gentes, contra quienes trabajan toda su vida para poder sobrevivir y, en definitiva, poder vivir. A ellos, a quienes deben de proteger -no por caridad, sino porque es su obligación- los gobiernos aplastan, reprimen, engañan y recortan lo que es indispensable: los derechos laborales. Esos mismos derechos laborales por los cuales lucharon con sudor y sangre los anarquistas, sindicalistas y socialistas, los obreros unidos, los trabajadores explotados, los libertarios y revolucionarios, los que no se dejaban pisar, los que decidieron decir ¡basta! y exigieron así lo que era su derecho legítimo, irrevocable y universal por nacimiento: la jornada laboral de 8 horas, esa misma jornada que hoy el Neoliberalismo y las transnacionales -en confabulación con los grandes grupos empresariales y los gobiernos de todo el mundo- se han encargado por abolir y desaparecer, razón por la cual hoy la jornada laboral de 8 horas ya no existe y no es más que solo un recuerdo extrañable, lo que como consecuencia ha generado que los derechos laborales en la actualidad no sean más que bonitas palabras que pintan de adorno en las constituciones de todos los países.
Y entonces, mientras que a finales del siglo XIX en Estados Unidos el gobierno del presidente Grover Cleveland mandaba a reprimir a obreros huelguistas y a ciudadanos manifestantes y a asesinar a trabajadores anarquistas, hoy los gobiernos osan deslegitimar aquellas jornadas revolucionarias con recortes salariales y recortes laborales bajo la excusa de una crisis económica que no la causaron los trabajadores sino los mismos gobiernos como causa del caduco Sistema capitalista neoliberal. Pero osan violentarnos porque saben perfectamente que los trabajadores no honran esas jornadas libertarias plenamente revolucionarias, sino que en vez de honrarlas las utilizan para alcoholizarse y drogarse, para echarse de panza y relajarse, para alimentar a esa misma maquinaria capitalistas de consumo que los explotan y adormecen con ilusiones de bienestar. Pero no nos creamos libres ni emancipados, porque es hoy más que nunca que debemos recordar a aquellos obreros huelguistas y trabajadores anarquistas, a todos aquellos revolucionarios que decidieron luchar contra el Estado y las empresas promotoras del capitalismo internacional en pro de nuestros derechos laborales universales, esos que nunca debemos olvidar para que no nos los arrebaten así como arrebatan nuestro bienestar con explotación, hambre y miseria.
Hoy es el Día Internacional de los Trabajadores, 1 de mayo; pero no es un día para festejar ni relajarse, sino un día de lucha; un día para recordar, pensar y reclamar. Un día revolucionario, nuestro día. No te dejes adormecer.



Martes 1 de mayo de 2012.
GianGian Producciones.

0 comentarios: