¡Viva la manifestación!

“Perfectamente encapuchados”, “perfectamente armados”, “muy bien organizados”, “bárbaros y salvajes”, “extremistas desestabilizadores”, “radicales antisistemas”. Así describen los medios de comunicación a los manifestantes cuando informan (entre comillas) al pueblo sobre alguna protesta o manifestación.
En primer lugar, el pueblo tiene todo el derecho de protestar, de manifestar, de levantarse en huelga porque la constitución nos lo permite, nos ampara y nos da el derecho. No somos criminales, el pueblo no es criminal al manifestar, sino los medios de represión que van a aplastar las voces del pueblo insatisfecho. No hay delito en la huelga. ¡Eso tengámoslo muy claro!
En segundo lugar, el pueblo no debe de acatar las decisiones de los gobiernos sin chistar, pues el gobierno lo elige el pueblo y, por ende, el gobierno debe trabajar para el pueblo, por el pueblo y con el pueblo. El gobierno es elegido por el pueblo, por cada ciudadano en un contrato social (elecciones) realizado en sufragio universal. Los gobiernos son elegidos por el pueblo para satisfacer las demandas del pueblo, no las de los ricos o la de los empresarios capitalistas. Es decir, el gobierno trabaja para nosotros en pocas palabras. Y si el gobierno no cumple con su parte del contrato el pueblo tiene todo el derecho a reclamar y sacarlo (pacíficamente o a la fuerza).

En tercer lugar, las huelgas, manifestaciones, protestas y cualquier otro acto de activismo no es por las puras y con el simple propósito de desestabilizar y sembrar el caos y el desorden. Si se manifiesta, se manifiesta por obvias razones: injusticias, represión, corrupción, malos manejos estatales, pésima administración, por la miseria del sistema y/o cualquier otro acto que cause malestar en el pueblo. Debe quedar bien claro que el pueblo manifiesta porque algo está mal en el sistema o en el gobierno y, por ende, los manifestantes no atacan, sino, mas bien, se defienden y los que atacan son los medios de represión (policías y ejército). También hay que dejar en claro que estos medios de represión no actúan por decisión propia. Es decir, ni la policía ni el ejército ataca al pueblo porque se le da la gana, sino que lo hacen por órdenes del Gobierno.
Siempre el pueblo reclamará ante las injusticias del sistema, los malos gobiernos, la opresión, la miseria del sistema y, siempre, con motivos justificables. Por ende, la manifestación debe y tiene que ser un hecho en el que los manifestantes nunca serán los victimarios, sino, más bien, las hordas represoras. El sistema ha mostrado, pues, ser un total fracaso para la gran mayoría, y mientras no caiga o no mejore habrá manifestaciones, huelgas y revueltas. Y ahí, habrá luchadores, activistas y gente honorable que hará todo lo posible por hacerse escuchar y hacer respetar sus derechos básicos y constitucionales. ¡Viva la manifestación!

Sábado 13 de junio de 2009.
GianGian Producciones.