Crítica a la Iglesia Católica Apostólica y Romana

La Iglesia Católica Apostólica y Romana no es más que el máximo exponente de la estupidez humana, esa estupidez que los ha llevado a ser partícipes y creyentes de una religión plagada de mentiras, de falsos estamentos y de encubrimientos sin descaro a regímenes corruptos y genocidas, esa misma estupidez que obliga a los humanos a creer en algo superior a ellos y a pertenecer a aquella organización que suponen es pura y única entre todas las demás (talvez por ser la primera organización religiosa de masas que existió en la historia).

La Iglesia Católica Apostólica y Romana y sus demás pares, tales como la Iglesia Ortodoxa Rusa, La Iglesia Ortodoxa Griega, La Iglesia Protestante, etc., etc., no son más que cúpulas cínicas que pretenden manipular a sus creyentes enfocándolos en el sectarismo racial y cultural contra otros pueblos que no comparten sus mismas creencias ni fe.
La Iglesia Católica Apostólica y Romana ha predominado la superioridad de la raza blanca sobre las demás razas demostrando su sectarismo, su racismo, su falta de voluntad de unión e igualdad de los pueblos a diferencia de lo dictado por su Dios.

¿Qué clase de religión es esta?

Cómo podemos dejar que nuestros hijos asistan a las escuelas, donde son infectados con el germen religioso de la fe y la redención, cuando redención es lo que necesitarán los sacerdotes, los monjes, el Papa y los demás componentes de la Iglesia cuando estén frente a Satanás (quién tampoco existe, pero como ellos creen en él, tendrán que quemarse en su fuego eterno por los tiempos de los tiempos).
Cómo podemos dejar que nuestros hijos sean inculcados con las doctrinas de una iglesia que apoyó al gobierno de Adolf Hitler para la exterminación de miles de judíos. Cómo podemos dejar que nuestros hijos sean inculcados con las doctrinas de una iglesia que cayó frente a la masacre, a la discriminación que el Apartheid (del gobierno de Sudáfrica) implantó sobre los negros originarios y no originarios de dicho país, segregándolos de la economía, de la sociedad y de la política de su propio país. Cómo podemos dejar que nuestros hijos se inculquen con doctrinas de una religión que masacró, mutiló y torturó a millones de supuestos “herejes”, judíos, negros, indígenas americanos y árabes musulmanes y no musulmanes durante más de 300 años con el maldito propósito de instaurar y expandir su fe a las demás culturas y por tildar a dichos desafortunados de herejes y salvajes. Además, claro está, de poder robarles sus pertenencias a estos, pues sino de dónde más saldría tanto oro que hay en el Vaticano. Claro que muchos dirán que todo ese oro que brilla y deslumbra en cada rincón del Vaticano es fruto de las donaciones y de la caridad de muchos nobles de la época con el fin de alcanzar una mayor cantidad de boletos hacia los portones del cielo, pero no es una justificación valedera, pues los musulmanes y judíos de la época, tal como ahora, eran personas muy adineradas, dueños de muchos de los más grandes negocios de la época; pero si fuera un argumento justificado y aceptable, nos demuestra la corrupción que había, hay y habrá dentro de la Iglesia Católica Apostólica y Romana.

Cómo es posible que los occidentales crean en una iglesia que apoya guerras y políticas sectarias como las emprendidas por países como Estados Unidos en Vietnam (1958 – 1973, año en que Estados Unidos se retira), Afganistán (1979 y 2001 - ¿?) e Irak (2001 - ¿?), el Reino Unido de Gran Bretaña, y más. Cómo es posible que la iglesia no diga nada por tanta porquería político-coyuntural que hay en los países de occidente, donde esta, se supone, es una fuerza poderosa, iluminada por Dios.

En la historia está escrita cada masacre, cada acto de apoyo de la Iglesia Católica Apostólica y Romana a los más grandes imperios que ejercieron el poder en forma desmedida y opresiva sobre los pueblos no iguales a ellos que estos dominaron.

Hay tanta pobreza, tanta desigualdad, tanta injusticia, tanta hambre, tanta miseria. ¿Dónde está el maldito Dios de esta iglesia repugnante y putrefacta? ¿Dónde está la bondad, la misericordia, la benevolencia, la ayuda y la solidaridad que la Iglesia promueve en cada misa, en cada discurso de cada hombrecillo con hábito, donde al parecer sólo importa el diezmo que se da por tanto floro eclesiástico? ¿Dónde está la salvación, la mano piadosa de Dios? ¿Por consiguiente, existe Dios? Pues definitivamente NO!! Sólo falta que los humanos, o al menos los de occidente, se den cuenta de eso... ahora faltas tú ¿qué harás? ¿Seguirás creyendo en tanta mierda? Piénsalo...

Jueves 12 de febrero de 2009.

GianGian Producciones.